Mejoras a la carga de los automóviles eléctricos

Tesla Motors ensaya cambiando la batería descargada por una nueva, aunque a otras empresas del sector no le ha ido bien con este esquema. También se planifican estaciones de súpercarga ayudadas por energía solar

Tesla Motors anunció una forma de cargar su vehículo eléctrico Modelo S en menos tiempo de lo que tarda en llenarse el depósito de gasolina de un coche convencional, cambiando la batería descargada por una cargada.

Un sistema de este tipo abordaría uno de los grandes inconvenientes de los coches eléctricos: la limitada autonomía de la batería y el prolongado tiempo de recarga hacen que este tipo de vehículos no sean una buena opción para viajes largos. Pero surgen dudas sobre si el nuevo sistema resultará práctico, sobre todo como una forma de aumentar la popularidad de los vehículos eléctricos.

En la actualidad se tarda unos 30 minutos en recargar la batería de un Tesla en una de las estaciones de supercarga de la empresa, donde los vehículos de Tesla se recargan más rápido de lo habitual. Una carga completa en casa usando una toma normal de 240 voltios tardaría prácticamente un día, aunque una toma de alta potencia puede reducir ese tiempo a unas cinco horas.

El método de cambiar una batería por otra tiene una mala reputación: Better Place, que creó un negocio en torno a ese modelo, acaba de declararse en quiebra al no conseguir un número suficiente de clientes (ver “De cómo Better Place llegó a su amargo final”).

Pero quizá en el caso de Tesla las estaciones de recambio tienen más sentido, puesto que no serían el negocio central de la empresa, como en el caso de Better Place, sino solo una forma de conseguir más clientes para un coche que la gente ya está comprando.

Better Place vendía un servicio de suscripción de carga cuyo objetivo era superar la limitación de autonomía de un coche concreto, el Renault Fluence ZE, que tenía una autonomía de unos 160 kilómetros con una carga. Sin una red adecuada de estaciones de cambio de baterías, el servicio no tendría sentido; así que Better Place tuvo que instalar, con un gasto considerable, 37 estaciones (para su primer mercado, Israel) antes de poder empezar a vender su servicio a gran escala. Tesla podría empezar con una única estación de cambio de baterías y construir más si el método demuestra tener éxito.

Sigue habiendo preguntas en el aire sobre cómo funcionará el cambio de baterías en el caso de Tesla. En el modelo de Better Place, los clientes no poseían la batería, así que no les importaba si recibían una nueva o una vieja; la empresa se limitaba a garantizar una capacidad mínima. En el caso de Tesla, los clientes sí poseen la batería y no querrán sustituirla por una más antigua que tiene menos autonomía y menor valor. Puede que la empresa preste las baterías a sus clientes, que recogerían la batería original en un viaje de vuelta.

Las estaciones de cambio de baterías se podrían instalar en las estaciones de supercarga ya existentes y en las planificadas por Tesla, y en ellas los paneles solares ayudarán a cargar las baterías. Las estaciones tendrán baterías extra a mano para almacenar la energía de los paneles solares y estas se podrían cambiar por las baterías vacías de los conductores que llegaran.

En el caso de Tesla, la estación de cambio de baterías sería un servicio más para un producto de alta gama, pero es discutible que sea la mejor estrategia para los vehículos eléctricos de gama media. En ese caso, el coste se convierte en una consideración más importante. Y crear una estación de cambio de baterías para servir a un único modelo de vehículo es mucho más fácil que crear una que sirva a una amplia gama de vehículos con distintas baterías.

“Yo creo que el cambio de baterías podría funcionar, pero serán las propias empresas quienes tengan que encabezar la adopción de este modelo”, afirma Andrea James, analista de Dougherty & Company. “Nadie quiere compartir su batería [propiedad intelectual] para crear una batería estándar”.

Puede haber otras opciones para conseguir que los vehículos eléctricos estén mejor adaptados a los viajes largos y sean más prácticos en general. Por ejemplo, BMW afirma que podría empezar a ofrecer un paquete de servicios con sus próximos coches eléctricos en el que se incluye el préstamo a sus clientes de un coche de gasolina para determinado número de viajes.

Algunos investigadores han propuesto incluso instalar cargadores inalámbricos en las carreteras (ver “Carga tu teléfono (y tu coche) a distancia”). Aunque las baterías varíen de un vehículo a otro -distintos vehículos tendrán diferentes exigencias de tamaño y capacidad- los receptores inalámbricos podrían estandarizarse.

Mientras, ABB está probando un sistema de “carga flash” para los autobuses urbanos de Ginebra (Suiza). Un brazo robótico en el techo del autobús se enchufa a una estación de carga en cada tercera o cuarta parada de la ruta, donde un ultracapacitador descarga 4.000 kilovatios de potencia durante 15 segundos, proporcionando al autobús la energía suficiente para llegar al próximo cargador flash.

Sin embargo, de momento cargar en casa -y posiblemente en el trabajo- servirá para tener un coche eléctrico listo para su uso diario. De hecho, uno de los rivales de Tesla, GM, se está centrando en desarrollar estaciones de carga para casa y el trabajo que sirvan de apoyo a sus vehículos eléctricos.

Fuente: MIT Technology Review