Microfinanzas: gota a gota se llena la copa

Cruz Roja de EEUU recaudó unos US$ 32 millones con donaciones de US$ 10 a través de mensajes de texto. Mycharitywater.org ha acumulado US$ 11,5 millones desde agosto de 2009. Formas alternativas de generar fondos para proyectos sociales

Cuando los problemas económicos causan una reducción de las grandes donaciones, más organizaciones sin fines de lucro están recurriendo a pequeños donativos conseguidos a través de métodos no tradicionales. Muchas están usando redes sociales en línea para atraer una gran cantidad de benefactores necesarios para que las pequeñas contribuciones asciendan a totales importantes, a menudo gracias a individuos que reclutan a sus amigos y otras personas para que ayuden.

“De la misma forma que las microfinanzas usan herramientas innovadoras para alcanzar los mercados de crédito y resolver problemas en países pobres, la microfilantropía usa el mismo enfoque innovador que tiene la recaudación de fondos”, afirma Una Osili, directora interina de investigación del Centro de Filantropía de la Universidad de Indiana, en Indianápolis.

La tendencia ha tomado impulso desde que la Cruz Roja de EEUU recaudó unos US$ 32 millones con donaciones de US$ 10 a través de mensajes de texto, luego del terremoto en Haití en 2010. El éxito de esa campaña abrió los ojos de muchos donantes y organizaciones sin fines de lucro a las posibilidades de la microfilantropía.

Construcción de redes

Las pequeñas donaciones no reemplazan las altas sumas que siempre han financiado las organizaciones benéficas de gran escala. En cambio, son una forma de diversificar la recaudación de fondos para que no dependan demasiado de ningún método en particular, afirma Osili.

Como otras organizaciones sin fines de lucro, charity:water, una fundación de Nueva York dedicada a brindar agua potable a personas en países en vías de desarrollo, usa métodos de recaudación de fondos tradicionales y no tradicionales para distintos propósitos. Las grandes donaciones de fuentes privadas y corporativas financian las operaciones de la entidad, mientras que 100% de las donaciones a través de canales alternativos, como medios sociales y los distintos sitios web de la organización, son destinados directamente a proyectos de agua.

Cerca de 70% de las donaciones a charity:water proviene de canales digitales, principalmente de individuos que dan dinero a través de su principal sitio web.

Mycharitywater.org ha acumulado US$ 11,5 millones desde agosto de 2009. Los recaudadores de fondos individuales han hecho de todo, desde correr maratones hasta poner puestos de limonada. La campaña promedio ha conseguido US$ 1.000, dice Paull Young, director de participación digital de charity:water. “El día de su cumpleaños, Justin Bieber le pidió a la gente que donara”, dice.

Un beneficio de las plataformas de recaudación en línea es que hay menos costos administrativos que a través de métodos más tradicionales como campañas por correo tradicional o por teléfono, afirma Toni Maloney, cofundadora y presidenta ejecutiva del Business Council for Peace, o Bpeace.

El donante dorado

Bpeace es una red sin fines de lucro de profesionales de los negocios que buscan generar empleos y respaldar el desarrollo económico de las mujeres en países afectados por conflictos armados, al ayudar a emprendedoras en esas zonas a expandir sus empresas. Una forma que tiene de recaudar fondos es a través de pequeñas donaciones de personas que leen los blogs que relatan los esfuerzos de los voluntarios y el progreso de las compañías a las que ayudan. También obtienen apoyo de donantes que acuden a amigos y socios para campañas periódicas de recaudación de fondos.

Un peligro de depender demasiado de la recaudación de fondos entre pares, afirma Maloney, es que algunos contribuyentes están más interesados en la campaña de recaudación de fondos del amigo que en la organización. Y si el amigo pasa a otra causa, la organización sin fines de lucro podría perder muchos de los donantes que trajo esa persona.

Fuente: Reportaje original de RUTHIE ACKERMAN publicado en The Wall Street Journal