La Corte Suprema de Justicia de Argentina reconoció ayer el derecho de toda persona a decidir su muerte digna. El Supremo se basó en el caso de un hombre que desde hace más de 20 años se encuentra en estado vegetativo y por quien sus dos hermanas vienen librando una batalla legal para que lo “dejen ir”. Ahora, el máximo tribunal pidió que se suspendan las medidas que prolongan artificialmente su vida. El fallo consideró que la Ley de Derechos del Paciente contempla la situación de quienes, como Diez, se encuentran imposibilitados de expresar su consentimiento informado y autoriza a sus familiares a dar testimonio de la voluntad del paciente respecto de los tratamientos médicos que éste quiere o no recibir. Sin embargo, la Corte es clara en remarcar que muerte digna no es lo mismo que eutanasia. “La solicitud de cese de soporte vital no importa una práctica eutanásica vedada por la ley sino que constituye una abstención terapéutica que sí se encuentra permitida”, aclaró.
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