Una cuarta parte de toda la comida del mundo se pierde todos los años, por recolecciones deficientes, almacenamiento inadecuado y desperdicio en las cocinas. Si se redujera a la mitad la pérdida de comida, el mundo podría alimentar a 1.000 millones de personas más y convertir el hambre en una cosa del pasado. La magnitud de la pérdida de comida resulta particularmente mortificante a la vista de un nuevo estudio mundial sobre la seguridad alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Según la FAO, 57 países en desarrollo no han logrado el objetivo de desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas hambrientas en este año. Una de cada nueve personas del planeta –795 millones en total– sigue acostándose hambrienta. A pesar de ello, en los 25 últimos años, el mundo ha alimentado a 2.000 millones más de personas y, pese a los cincuenta y siete fracasos, el mundo en desarrollo en conjunto casi ha reducido a la mitad su tasa de hambre.
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