No es sorpresa para nadie que la impresión 3D ha invadido nuestras vidas y está revolucionando áreas como las de la construcción y la medicina. Es prácticamente imposible predecir el futuro de esta nueva tecnología y de qué manera continuará afectando nuestro día a día, ya que eso dependerá de la creatividad de todos nosotros.
¿Será que en el futuro -como algunos afirman- seremos capaces de imprimir órganos vitales, o estructuras esenciales y duraderas para la construcción de hogares? Eso aún no lo sabemos, pero el proyecto multidisciplinario de la Unión Europea –Performance– parece demostrarnos que ya somos capaces de utilizar la impresión de comida para mejorar la calidad de vida de muchas personas en el mundo.
Performance es un proyecto colaborativo y multidisciplinario auspiciado por distintas organizaciones de los sectores público y privado en cinco países europeos: Alemania, Dinamarca, Holanda, Italia y Austria. El objetivo del mismo será el desarrollo de una impresora 3D que permita imprimir comida fácil de digerir para las personas que sufren de disfagia (la incapacidad para tragar), un mal que afecta especialmente a los más ancianos. Las “tintas” con las cuales se imprimirá la comida serán la gran variedad de suplementos base producidos por una compañía alemana llamada Biozoon, especializada en innovación gastronómica.
Este proyecto es el ejemplo perfecto de cómo las regiones pueden unir fuerzas no sólo en materia de política y economía, sino también de investigación y tecnología. La Unión Europea ha liderado por mucho tiempo el compartir de conocimientos, esperemos que en Latinoamérica podamos ver más proyectos similares a Performance en el futuro que ayuden a nuestros países a compartir los costos y beneficios de desarrollar nuevas tecnologías.
Marcela Colmenares | @IQLatino