La compañía estadounidense PK Clean, una spin-off del MIT fundada por Priyanka Bakaya, antigua alumna de la institución, ha decidido a poner fin a los vertidos de plástico desarrollando un sistema rentable para descomponer el plástico en petróleo y gas.
El plástico es uno de los grandes problemas medioambientales del mundo: según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, este país produjo 32 millones de toneladas de residuos de plástico, del que sólo se llegó a reciclar el 9%. Y esto se debe fundamentalmente a la creciente utilización de plásticos que, por su baja rentabilidad finalmente no se reciclan, como el poliestireno y el plipropileno.
Según Bakaya “el plástico proviene del petróleo, así que tiene sentido volver a convertirlo en combustible utilizable en lugar de optar por depositarlo en el vertedero. El objetivo es acabar con los residuos plásticos para siempre, tanto a nivel nacional como mundial”.
Hace años, es cierto, que existen técnicas que hacen uso de procesos similares, pero siempre habían sido demasiado caras y energéticamente ineficientes como para ser adoptadas. El sistema de PK Clean genera mayores rendimientos por una cuarta parte del coste de aquellos.
La técnica “continua” de reciclado de PK Clean es su gran innovación: otros sistemas operan a través de un “procesamiento por lotes” en el que los reactores se calientan y luego se vuelven a enfríar antes de que el nuevo lote esté listo, con el consiguiente derroche de energía y dinero. Pero el gas de hidrocarburo generado por la combustión en este sistema mantiene el calor del reactor, evitando el reinicio constante y la pérdida de energía. Concretamente, el resultado final de este proceso de despolimerización catalítica consiste en un 10-20% de gas de hidrocarburo, más un 70-80% de petróleo y un pequeño porcentaje variable de residuos carbonosos.
Tras un intento en Pune (India), PK Clean instaló en 2013 su primera planta comercial a gran escala en Salt Lake City, en asociación con la compañía de reciclaje más grande de Utah, la Rock Mountain Reciclyng. Ahora puede convertir ya hasta 10 toneladas de plástico al día en 60 barriles de petróleo con cero emisiones tóxicas. La producción de cada barril cuesta 35 dólares, pero genera unos ingresos de 100 dólares al ser vendidos a una refinería cercana.
PK Clean ya planea asociarse con otras compañías de reciclaje de todo EEUU y, eventualmente, terminar llevando su tecnología allí donde los residuos plásticos suponen un problema aún mayor: el Tercer Mundo. Mientras, espera tardar sólo dos años en poder generar un combustible más refinado que pueda bombearse inmediatamente en sus camiones sin pasar por las refinerías de petróleo.
Como curiosidad, el “PK” del nombre de la empresa hace referencia a un amigo de la familia de Bakaya, el inventor Percy Kean, que la introdujo en el mundo de las tecnologías limpias y creó la tecnología de despolimerización catalítica que es la base de su tecnología. Tras su muerte, Bakaya encontró en la Escuela de Negocios MIT Sloan y en el Club de Emprendimiento del MIT la formación y apoyo que necesitaban para comenzar a comercializarla. A lo largo de 2011, PK Clean ganó diversos premios destinados a emprendedores tecnológicos como el MIT Clean Energy, el MassChallenge, el Concurso Rice de Planes de Negocio y el Cleantech Open. Desde entonces ha suscitado la atención de publicaciones como Fortune y Forbes.
Fuente: TICBeat | @IQLatino