PODEMOS SER: Mujeres jóvenes influyentes en la política colombiana

Tatiana Niño Martínez y Alejandra Vargas Durango comparten su insight sobre la participación de la mujer en la política y como es necesario un cambio en el esquema actual dentro de la perspectiva de género

Colombia, al igual que varios países en América Latina, enfrenta problemas económicos, sociales y políticos que se basan en las desigualdades sobre las cuales está cimentada su población, lo cual impacta en gran medida a las mujeres al constituir más del 50% de esta. Dichas desigualdades responden a fallas estructurales y deudas históricas que lamentablemente tardarán en cambiar. El Foro Económico Mundial (2021) da idea de esto, según sus cálculos se requieren 136 años para superar la brecha general de género a nivel mundial, pero es más grave la situación para alcanzar la igualdad política y económica, que requiere 146 y 268 años respectivamente. 

Así pues, la Red Estudiantil de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y la Fundación Wom-en llevamos a cabo en conjunto el proyecto «Podemos ser: mujeres jóvenes influyentes en la política colombiana». Decidimos crear una publicación que tuviera como propósito principal visibilizar roles de liderazgos femeninos en distintas esferas de poder y en la política, roles que se caracterizan por la diversidad de regiones, culturas, contextos, profesiones y áreas de acción. Tenemos la certeza de que poner el foco en esta variedad de mujeres que enfrentan retos y aportan cotidianamente desde la política —entendida como el ejercicio electoral—, la política pública técnica y el impacto desde colectivos sociales genera más referentes para niñas, jóvenes y adolescentes que posiblemente nunca han visto una joven afrodescendiente, indígena, mestiza o blanca en cargos tan alto y/o de tanta incidencia con la que se sientan identificadas. como referentes. Nuestra finalidad es homenajear la trayectoria y el impacto de mujeres reales que inspiran a una nueva generación de colombianas, quienes ponen en la agenda pública los temas que más nos interesan en perspectiva de género.  

Buscamos crear una publicación fresca, amable con la lectora, pero a la vez real. Las historias de estas 31 mujeres reflejan la diversidad de Colombia, su cultura, su esencia, su pluralidad, su riqueza. Esta no es una publicación convencional, aquí encontrarán un gran retrato de lo que significa el empoderamiento femenino y su relevancia para mantener una democracia viva. Al mismo tiempo, es una pieza de inspiración para una nueva generación de lideresas que necesitan un impulso -especialmente de parte de otras mujeres- para alcanzar sus metas en todo el territorio nacional.

Luego de varias socializaciones virtuales, el equipo de voluntarios de la Red Estudiantil KAS, junto con nosotras, las co-editoras de la publicación promovimos la iniciativa “Podemos Ser por Colombia,” una gira nacional que permitió que estos libros y testimonios llegaran a nuevos territorios del país. Gracias a la alianza con autoridades locales y universidades, la publicación Podemos Ser llegó a ocho departamentos y nueve ciudades, a través de 18 eventos en 2021. Vale la pena resaltar que esta publicación hace un llamado a la sororidad como apuesta política para la inclusión de más mujeres en las esferas de toma de decisión en el país. En nuestros encuentros partimos de la unión, de la creación de redes formales e informales como pilares fundamentales para generar articulaciones estratégicas que permitan incrementar la posibilidad de que una niña, adolescente o joven colombiana pueda desarrollarse como la mujer que sueña ser, garantizando sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales en condiciones igualitarias. Podemos ser es un llamado colectivo y un instrumento político que invita a trascender la representación descriptiva y transitar a una representación sustantiva, donde todas podemos ser. Las invitamos de manera muy especial a sumergirse en este mosaico de testimonios, experiencias que sin duda son ejemplo de perseverancia, desarrollo, transformación y construcción de país.

Por: Alejandra Vargas Durango y Tatiana Niño Martínez