Todo el tiempo los “especialistas” en el tema de emprendimiento ponen a Silicon Valley como el paradigma a seguir. En algún momento planteé la pregunta, ¿Por qué? ¿Es que acaso no puede haber un emprendimiento tecnológico nativo de América Latina? O más aún, ¿por qué tiene que ser tecnológico? Quienes hemos tenido la oportunidad de analizar la innovación empresarial en América Latina sabemos que ella es solo en una minoría de los casos, tecnológica (en el sentido tradicional de la palabra). El grueso de la innovación empresarial mipyme se centra en procesos o modelos de negocios. Esto es algo conocido, entonces, ¿por qué insistir en un solo tipo de innovación si la región ya demostró que puede hacerlo bien de otra forma?
Amazon.com®, la conocida tienda virtual es un ejemplo de innovación en el modelo de negocios. Al final del día es una enorme multitienda de las que hay muchas en el mundo. Sin embargo, sus grandes claves son: su enorme oferta, su excelente experiencia de compra, su facilidad de navegación, lo cual motiva a otras empresas a querer ser parte de Amazon. Así la oferta aumenta aun más y el consumidor se ve favorecido por precios competitivos y buen servicio. Aunque no lo crean, en la región hay muchas experiencias de modelos de negocios innovadores.
De otro lado, ¿nuestras condiciones son las mismas que las que encontramos en Silicon Valley? Sabemos que no. Hay temas importantes de resolver en infraestructura, clima de negocios, financiamiento, institucionalidad, acceso a inversionistas ángel, etc., etc. De hecho, esas son las razones por las cuales quienes tienen algún emprendimiento de base tecnológica van directamente allá (a Silicon Valley) y no pierden el tiempo pensando que en América Latina se va a dar un entorno o “ecosistema” como aquel.
Los emprendedores latinoamericanos son un grupo de personas que tienen un enorme know how “empírico” basado justamente en que no vivimos en un mundo industrializado donde las cosas tienden –por lo general- a funcionar bien. Nuestros emprendedores están acostumbrados a lidiar con muchos temas que van más allá del propio emprendimiento: la burocracia, la corrupción, la falta de condiciones del entorno, etc. Todo lo anterior, más que aumentar la frustración del emprendedor, se ha convertido en un elemento que ha fortalecido y curtido al empresario latinoamericano. ¿Por qué no aprovechamos entonces eso que somos y sabemos?
Son justamente esas limitaciones las que han llevado a los emprendedores latinos a orientarse a otro tipo de innovación (menos costosa pero efectiva). Si esa es nuestra ventaja competitiva, ¿porque queremos desecharla?
Muy buen punto. Justamente vengo de leer un montón de artículos que hablan de Chile como “Chilicon Valley” y de todos los esfuerzos de Chile para convertirse en lo que Silicon Valley es ahora. Pero es cierto que para fomentar esa innovación de latinoamericanos para latinoamericanos, los cambios estructurales deben ser más profundos.
Nunca había pensado en ese tipo de innovación que usted dice nos caracteriza, y me interesaría mucho leer más sobre el tema en el futuro. ¿Quizás por medio de ejemplos más específicos?
Saludos!