Premian a ingeniero argentino por su trabajo de innovación social en Kenia

El Instituto Europeo de Innovación y Tecnología reconoció el “sistema de negocios inclusivo” creado por Eduardo Appleyard para que personas puedan pagar a través de su móvil pequeñas cuotas por la energía solar

El ingeniero mecánico de origen argentino-canadiense Eduardo Appleyard fue premiado con uno de los galardones que concede el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT) a los mejores proyectos empresariales del año que hayan realizado iniciativas tecnológicas al servicio de la sociedad.

Appleyard recibió uno de los tres premios que entrega el EIT en la categoría “Change”, que valora a jóvenes empresarios que trabajan en programas que llevan el sello del instituto, por su iniciativa para ofrecer a las personas más necesitadas de África soluciones de energía solar mediante créditos asequibles.

“Hemos desarrollado en Kenia un proyecto piloto para que el utilizador pueda pagar semanalmente a través de su teléfono móvil por el uso de su sistema pico solar”, explicó a Efe Appleyard.

El ingeniero precisó que su tarea como consultor de la ONG británica SolarAid, trabajo por el que hoy ha sido reconocido, consiste en tratar de distribuir sistemas de energía solar en África a precios asequibles.

Para ello, ha propuesto un “sistema de negocios inclusivo” en asociación con instituciones financieras en África y expertos en tecnologías de la información para facilitar créditos específicos a las personas que necesiten estos sistemas pico solares, normalmente en zonas rurales y remotas.

Además de Appleyard, recibieron el premio “Change” la británica Kate Hofman por su propuesta para crear cultivos agrícolas urbanos sostenibles, y la húngara Dorottya Maksay por su iniciativa para que convivan personas mayores y estudiantes que pueden ayudarse mutuamente.

Otro de los nominados en este apartado fue el ingeniero argentino de software Germán Leiva, creador de Jukeboss, un sistema que permite a la gente que asiste a un evento solicitar y votar por la canción que quiere escuchar.

Leiva señaló a Efe que el estudiante que quiere crear una compañía -como es su caso- requiere de “mucho tiempo” y “ayuda en muchos aspectos”, como los legales o financieros.

En su opinión, los problemas a los que se enfrentan actualmente los innovadores tienen que ver con que “muchas veces la idea se queda en la idea, no hay ese impulso de ir y hacerlo, muchas veces por miedo o porque no tengo las capacidades”.

En la otra categoría de premios llamada “Venture”, en la que el EIT reconoce la labor de innovaciones y empresas emergentes, fueron galardonados un proyecto de rehabilitación ortopédica a distancia del italiano David Tacconi, la propuesta para crear carbón con materia orgánica del alemán Dominik Peus y una iniciativa para crear mejores baterías recargables del francés Lionel Chaverot.

En ese apartado competía también el físico español Héctor Martín, director general de la empresa Smalle Technologies, por impulsar una tecnología innovadora que permite generar electricidad por el movimiento de ráfagas de viento u olas, que podría hacer funcionar barcos o boyas.

En su opinión, la etapa más difícil de este tipo de proyectos es encontrar la financiación en la etapa inicial, “la más crítica”, así como lograr una transferencia rápida y fluida de la propiedad intelectual de las universidades a las empresas.

“Hay bastantes dificultades para que salgan ideas de la universidad y vengan a formar empresas”, comentó a Efe, a la vez que pidió más incentivos para que los innovadores se animen a emprender.

En términos similares se pronunció la ganadora del premio del EIT de 2012, Rosa Vilasarau, quien vio reconocido su concepto de crear prefabricados en madera “radicalmente sostenibles”, para hacer viviendas de alta calidad y eficiencia energética, llamado NOEM.

“Lo que nos ha cambiado la vida ha sido que este reconocimiento te ayuda a ver que estás en el camino bueno y nos ha dado cierta visibilidad, lo que está muy bien”, dijo a Efe Vilasarau, quien consideró importante que la inversión en proyectos innovadores esté centrada “en las necesidades de un cliente final y un usuario”.

En opinión del director del EIT, el ingeniero español José Manuel Leceta, es necesario “abordar la innovación de una manera distinta, con un énfasis en las personas”.

Según explicó, el EIT intenta “integrar el triángulo del conocimiento, la investigación, la universidad y la empresa, y esto de una manera muy práctica y aplicando una lógica de empresa”, para lo que ha creado un nuevo tipo de consorcios, también llamados “fábricas de innovación”.

Leceta afirmó que es importante seguir apoyando la investigación, pero defendió además un “sistema de apoyo de extremo a extremo” en el que el innovador-emprendedor está “en el centro de la actividad” y recibe la ayuda de su entorno.

“Con estos premios lo que intentamos es celebrar que el éxito es posible, y que existen estos emprendedores y talento en Europa”, concluyó.

Fuente: EFE | @IQLatino