Una tasa de equilibrio para el crecimiento de alrededor de 2,5% sería claramente insuficiente para mantener el ritmo de progreso social al que América Latina se acostumbró en los últimos diez años. A falta de una robusta agenda de reformas orientada al crecimiento, el progreso social podría detenerse en la región, alerta el informe semestral de la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial, “Flujos internacionales hacia América Latina: ¿Haciendo olas?”, que prevé para este año un crecimiento de 2,3%, más bajo del que se preveía. Sin embargo, la publicación destaca que gracias a la consolidación de las principales economías latinoamericanas, gran parte de los flujos de inversión extranjera directa son más estables que años atrás.
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