Levantar un campamento para 2.500 personas en lugares remotos y darle itinerancia por 15 días es un desafío de logística y planificación,y uno de los atractivos de la aventura del Rally Dakar que se desarrollará en Argentina, Bolivia y Chile los primeros días de enero de 2014.
A terminar el paso de la caravana, que además tiene más de 500 vehículos motorizados de gran y pequeña envergadura, todo debe quedar igual y mejor de como lo encontraron. Para esta ocasión los organizadores y empresas patrocinantes han preparado una logística sustentable que reduzca de manera importante el impacto ambiental de la famosa carrera mundial .
Una misión difícil considerando que según un informe de 2012, en Chile en materia de gestión de residuos peligrosos se descartaron 5.250 litros de aceite usado, 12.200 neumáticos y 16.500 kilos de sólidos contaminados. A los que se suman las 60 toneladas que se recogen después de levantar los campamentos y limpiar caminos. Y no contemos las emisiones de CO2, que llegan a 15.500 toneladas.
Para todos esos impactos ambientales hay algún tipo de manejo, organizado en gran escala y también, cada proveedor y cada competidor debe hacerse cargo de su parte, para reducir los efectos negativos del evento deportivo, que es una de las principales críticas que enfrenta.
Sodexo, por ejemplo, lleva seis años a cargo de la alimentación en el Dakar. “Esto partió por el Tour de France, después entramos por la World Cup de Rugby en Australia, el Royal Scott en Inglaterra y cuando nació la oportunidad de participar en el rally Dakar, hace seis años, pensamos que teníamos toda una experiencia internacional para poder abordar un evento como éste”, explica Patricio Fernández, gerente de comunicaciones y RSE de Sodexo.
Para abordar la misión, en esta empresa hay un equipo de unas 80 personas que planifican la “posta” de las flotas de camiones con los abastecimientos para que cada día las 2.500 personas del campamento tengan su correspondiente porción de desayuno, almuerzo y cena. Eso significa, al final, que distribuyeron y sirvieron 28 mil desayunos, 18 mil almuerzos, 32 mil cenas, 106 mil litros de agua, 15 mil litros de bebidas.
“Una de las grandes críticas que enfrenta el Dakar es cómo impacta a los lugares naturales por donde pasa. Y en eso la ASO (empresa organizadora) ha sido bien clara y tiene la trazabilidad de todos sus procesos, por lo tanto cualquier proveedor que trabaje con ellos tiene que respetar ciertas normas. En nuestro caso, nuestra huella ecológica es bastante mínima y el mayor problema son los residuos, que resolvemos con el sistema de residuos que contrata el campamento. No obstante, dijimos, cómo podemos aportar en esa línea”, agrega Fernández.
Una de las innovaciones incorporadas es el concepto de “cook & chill”, que esencialmente es comida congelada, dispuesta en envases sellados al vacío que luego se pone a temperatura al momento de servir. “Eso nos ayuda a reducir personal en el campamento, cosa que incide en todos sus impactos, los desechos orgánicos que se producían en el proceso ya tampoco son tema, pues casi no se producen, todo llega prácticamente listo. Para elaborar esos platos hay una preparación de siete meses en lo que se testea cada uno de ellos por los chefs de ASO y de Sodexo”.
Otra innovación está por el lado de los utensilios. Los platos este año son hechos de hoja de palmera prensada y los cubiertos son de madera, es decir, son biodegradables. Esos residuos se van a un vertedero para su degradación. Mientras que los plásticos y otros materiales se separan para ir al reciclaje. Y el aceite se reutiliza para biocombustible.
Este ejemplo se replica en otros proveedores. Y, por ejemplo, Michelin uno de los principales proveedores de neumáticos, declaró que el 58% de los neumáticos usados en 2013 se reutilizarían en producir energía y el 42% se integrarían en la producción de asfalto y otros productos de superficies.
Sobre las emisiones de CO2, la ASO tiene un acuerdo con el proyecto Madre de Dios en la amazonía peruana. Invierten ahí cerca de US$ 500.000 en la conservación de un bosque de 120 mil hectáreas.
Entre los impactos uno que siempre provoca polémica es el relativo al cuidado del patrimonio cultural de las zonas por donde pasa la carrera. En el último Dakar, el Colegio de Arqueólogos de Chile acusó daño en 300 puntos arqueológicos y patrimoniales y pidió la intervención del Consejo de Defensa del Estado. La ASO informa en su web que trabaja con los gobiernos locales. En el caso de Chile, con el Consejo de Monumentos Nacionales y con el Ministerio de Medio Ambiente.
Para 2014 habrá unos 200 sitios arqueológicos protegidos con cercas especiales del CMN durante el desarrollo del Rally Dakar en su paso por Calama, Iquique, Antofagasta, El Salvador, La Serena hasta rematar en Valparaíso.