Desde hace ocho años Faustino López, junto con su hermano, esposa y su hijo mayor, recolecta latas y botellas para vender en los acopios de Managua, pues es una forma de generar ingresos ante la falta de un empleo que no ha logrado conseguir. Hasta ahora, el reciclaje en Nicaragua le ha permitido subsistir y mantener a su familia.
“Esta labor es una forma de ganar dinero y es digna, aunque la gente se molesta con nosotros porque abrimos las bolsas con basura”, se queja López y lamenta que “nos miran como borrachos o delincuentes, cuando más bien con esta acción también ayudamos a limpiar Managua”.
Explicó que en el trabajo de recolección se tiene que tratar con la intolerancia, falta de respeto y la humillación por parte de las personas. “Nunca se ha visto que un recolector esté envuelto en robos o algo, nos miran mal quizás porque andamos sucios”, expresa López, pero sin resentimiento.
La recolección de materiales como el plástico, cartón, aluminio, vidrio, papel, cobre y bronce ha cobrado auge inusitado en los años recientes. Tan así que en 2011 se reportaron 40 millones de dólares en ganancias producto del reciclaje en Nicaragua; en 2012 y 2013 fueron 42 millones.
Según datos del Fondo Nacional de Reciclaje, Fonare, en Nicaragua hay más de 10.500 recicladores. De ellos, 3.500 están afiliados a la Red de Emprendedores Nicaragüenses de Reciclaje, RedNica, pero la meta es triplicar la cifra para lograr recoger la totalidad del cartón, aluminio, bronce, cobre, vidrio, papel y plástico que se encuentran en las más de 1.800 toneladas de basura que diariamente produce solo la capital.
Kamilo Lara, presidente del Fonare, afirma que “60% de esta basura es orgánica, un tesoro no aprovechado, pues se puede producir un mejorador de suelo y podríamos exportar suelo mejorado, bastante lucrativo, y no muchos países lo hacen”.
Del restante 40% de basura solo se está aprovechando 6.7%, lo que significa que se desperdicia un 33.3% de estos productos reciclables.
“Otro material abundante en el país es el vidrio, pero es la materia prima con menor precio en el mercado, apenas C$10 el quintal, cuando en otros países centroamericanos el precio base es de US$3. La diferencia es que en Guatemala, Costa Rica y Panamá hay empresas que perciben millones por procesar la materia prima”, dijo Lara.
Lara indicó que el retraso del reciclaje en Nicaragua radica en la falta de infraestructura y de maquinaria para procesar la basura. “Aquí solo se acopia, somos grandes exportadores, solo eso, a pesar de que esto es un importante motor de la economía”, resaltó Lara.
A Faustino López, sin embargo, el negocio de la recolección les genera suficiente dinero para comer los tres tiempos y “un poco para guardar”. “Como todo trabajo informal, hay días buenos y malos, a veces hacemos 150 pesos cada uno (US$ 5,87); otros 300 (US$ 11,71), y en días buenos hasta entre 500 (US$ 19,52) y 700 (US$27,33)”.
César Augusto Rocha, actualmente acopiador, dijo que hace tres años comenzó a ser recolector de latas, cartón y plástico, pero desde hace dos años comenzó a laborar en su propio acopio. “Como recolector no se gana mucho, solo lo justo, con ahorros puse un acopio y me va mejor”, aseguró. Puede llegar en un mes hasta los US$ 7.807 (20o.ooo córdobas) netos.
El reciclaje en Nicaragua logró un ingreso de US$ 17.2 millones por concepto de exportación de chatarra y desechos de papel, plástico, vidrio y cartón.
Los materiales que son reunidos en los acopios son exportados a Guatemala, Costa Rica, Miami, México e Indonesia. Casi todas las toneladas de papel y cartón se dirigen a El Salvador, lugar donde los convierten en cuadernos, carpetas, libretas y blocks que luego regresan al país para ser comercializados.
La dirigente de la Asociación de Recicladores de Nicaragua, Asorenic, Reyna Rodríguez, explicó que menos del 8% de los residuos reciclables se aprovechan en el país debido a la falta de hábito y cultura, leyes y ordenanzas que se cumplan.
David Narváez, presidente de la Rednica, dijo que existe un anteproyecto de ley en la Asamblea Nacional, para mejorar las condiciones de todos los recolectores. “Queremos que la Alcaldía reconozca la labor del reciclador de base, nos ayude con financiamiento o que se nos incluya en el seguro, también solicitamos que se permita crear rutas privadas donde las cooperativas puedan entrar, así le daremos grandes ahorros en gasolina y otros aspectos a la comuna,”, explicó.
Fuente: Reportaje original de Hatzel Montez publicado en El Nuevo Día | @IQLatino