Lo que le ocurre después depende de cómo juguemos, celular en mano, y cuánto avancemos. Porque Victoria es el avatar de un videojuego. Álvaro Triana, un ingeniero de sistemas, lo creó después de leer las crónicas que le pasó la directora del documental Un asunto de tierras, Patricia Ayala. Lo cuenta el periódico El Espectador. Triana leyó, en una jornada intensiva, sobre masacres perpetradas por los paramilitares y la guerrilla, sobre desplazamientos: la historia de Colombia de casi 50 años. Quiso idear algo a partir de allí para ayudar a los más jóvenes –está dirigido a adolescentes estudiantes de secundaria– a entender el proceso de paz en curso en su país.
El videojuego, por ahora solo diseñado para teléfonos móviles, se llama Reconstrucción y es una historia en tres capítulos. El primer prototipo comenzaba con Victoria presenciando el asesinato de su abuelo por unos paracos en la sala de su propia casa. Triana lo llevó a instituciones públicas, en busca de apoyo para realizar el proyecto, y la constante fue el rechazo, porque tocaba fibras emocionales. Algún funcionario le dijo que una familia amiga había vivido exactamente lo mismo que él quería recrear en la historia de Victoria.
Entonces decidió reformularlo y empezó de cero, con la ayuda de una periodista y un profesor universitario. “Solo quedó la convicción de que el videojuego debía contar la guerra ‘no como el bien contra el mal, ni de los limpiadores sociales contra las fuerzas oscuras, sino como esa experiencia humana tan complicada’ “, testimonió Triana a El Espectador.
En la elaboración del videojuego trabaja ahora un equipo multidisciplinario doce artistas, diseñadores, investigadores sociales, programadores y periodistas. Desde que ganaron la convocatoria de la Cooperación Alemana al Desarrollo han sumado apoyos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la Universidad Nacional a través de ViveLab –laboratorio de innovación social donde trabaja Triana–, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),
Victoria se convirtió en una mujer mayor, entonces, que regresa a su parcela de tierra en Antioquia. El segundo y tercer capítulo están todavía escribiéndose. “Son seis decisiones importantes que deberá tomar el usuario a medida que avanza en la historia, cada una más difícil que la anterior”, según El Espectador. Estará presente en la historia, como “eje fundamental”, la reinserción de los excombatientes de todas las facciones.
Los jóvenes urbanos de Colombia son el target claro para Triana, porque, dice, quiere movilizarlos por dentro, sacarlos de la “burbuja”, en la que “creen que el conflicto “no los afecta ni tiene nada que ver con ellos”.
“Son estos jóvenes los que están tomando decisiones y los que tomarán decisiones– explica Triana–. Los que dirigirán las empresas, los que recibirán las hojas de vida de excombatientes. Los que decidirán qué hacer con ellas. Los que, si la paz con las Farc se firma, verán nacer nuevos partidos políticos cuyos integrantes tal vez empuñaron un fusil”, explicó a El Espectador.
Colombia.com lo explica de otra manera: “Esta apuesta es una forma de crear memoria en las nuevas generaciones de una manera didáctica pero que ofrece todas las herramientas para entender lo sucedido y dar el paso hacia la paz”.
“Cuando jugamos a ser otros entendemos el dolor ajeno, que también es nuestro, miramos con otros ojos más tolerantes y solidarios, y es posible que estemos más dispuestos a construir paz más allá de los vaivenes políticos”, les dijo Triana.
Reconstrucción estará listo en diciembre de 2016 y podrá descargarse a principios de 2017. El equipo aspira también a realizar tres cortos documentales y un cómic, con las víctimas y los reinsertados, los grandes protagonistas de esta guerra, como personajes principales.