El retrete también es objeto de innovación

Llámesele como se llame en Iberoamérica, el inodoro es una pieza fundamental en la vida cotidiana y la salud de los seres humanos que también ha experimentado cambios y mejoras

El retrete (excusado, poceta, inodoro, sanitario, taza del baño, servicio, váter, wáter o WC o como se le llame en los países de Iberoamérica), es una de las innovaciones más antiguas del mundo y ha sido parte crucial en la historia de la evolución de las civilizaciones. Y lo siguen siendo; hoy no sólo las últimas tecnologías se adaptan al retrete sino las extravagancias más costosas del lujo.

Las modificaciones que ha sufrido desde sus inicios y las aplicaciones que se le han agregado al retrete son una evidencia más de que este instrumento es sin duda fundamental para nuestra vida cotidiana y el reto es que se vaya adaptando a las nuevas necesidades.

La fundación Bill & Melinda Gates ha llegado a declarar que ninguna invención en 200 años ha salvado más vidas que el retrete.

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El reto actual es lograr eficiencia con la menor cantidad de agua y energía (Foto: Zia Soleil / Getty Images)

Hoy el reto para las numerosas marcas es usar la menor cantidad de agua en cada descarga del tradicional inodoro, así como diseñar componentes que se ajusten a espacios cada vez más pequeños, simplificado sus sistemas de flujo, de limpieza y su diseño.

María Eugenia Salas, gerente de Investigación y Desarrollo de Nuevos Productos de Helvex, detalla las características de los excusados que fabrican, como la taza Olimpia, que en lugar de palancas utiliza botones de doble descarga (una descarga única para sólidos y una mínima para líquidos).

Preocupados por la implicaciones ambientales y el limitado acceso de la población a un retrete, en 2011 la Fundación Bill & Melinda Gates lanzó la convocatoria ‘El reto de reinventar el retrete’, como parte de su programa Agua, sanitización e higiene.

Los requisitos resumían los retos que la industria deberá enfrentar en un futuro inmediato: funcionar sin cisterna, sin alcantarillado ni electricidad y tener el extra de convertir los desechos en energía y/o abono.

Los ganadores fueron tres proyectos. El primer lugar lo obtuvo el Instituto de Tecnología de California, con un retrete que utiliza energía solar para activar un reactor capaz de generar hidrógeno y electricidad, además de desinfectar al 100% el agua, que puede ser reutilizada para riego.

El segundo lugar fue para la Universidad de Loughborough y su inodoro que produce carbón, minerales y agua.

El tercer lugar fue para la Universidad de Toronto, por su WC que deshidrata las heces fecales, filtra la orina por arena y la desinfecta con luz ultravioleta.

El mercado se ha adaptado también a otro tipo de necesidades, más extravagantes y expendiosas, y ahora ofrece retretes con conexiones a internet o incrustaciones de cristales Swarovski con un costo que llega a 75.000 dólares.

Para los más adinerados, también se han diseñado verdaderos gadgets, como el modelo Numi, de la marca Kohler, que cuenta con funciones tan peculiares y cómodas como una tapa que se desliza automáticamente por medio de un sensor, un sistema de bidet que puede regular la temperatura y los patrones del rocío del agua, secador, deodorizador, aclimatación del asiento, aire para calentar los pies, iluminación en los laterales de la cisterna y conexión para reproductores MP3 en caso de que exista estreñimiento y cantar pueda ser relajante.

Se estima que diariamente una persona común produce de 1.000 a 1.300 centímetros cúbicos de orina y de 80 a 270 gramos de excremento. De esas cantidades, 20% de la materia fecal y 5% de los desechos líquidos están constituidos por material orgánico putrescible; éstos, al ser arrojados al agua, la contaminan, producen olores intensos, se vuelven un foco de infección y, por ende, un riesgo para la salud.

Eso siempre ha sido un reto para los fabricantes, pero el mundo actual ha generado más. La escasez de agua y la falta de acceso de 40% de la población mundial a un baño son los principales problemas a resolver.

Fuente: Reportaje original de Einar Salcedo publicado en CNN Expansión | @IQLatino