Bajo este concepto se encuentra sustentada la tesis del artista y galerista mexicano Norman Bardavid (09-07-1963 México, D.F.), que a través de sus viajes a Cuba, descubre entre las ferias para turistas de La Habana a potenciales artistas y verdaderos representantes del virtuosismo comerciando sus creaciones en las calles. Durante años permanece en constante contacto con ellos, los instruye y los dota de instrumentos materiales y de educación holística, relacionada sobre todo con filosofías orientales como la Kabbalah, la meditación y la numerología, con el objetivo primordial de que desarrollasen un proyecto artístico-espiritual que sintetice su particular percepción sobre la entrante nueva era y represente su mensaje de paz hacia el mundo.
El requisito fue que la obra creada estuviese apegada al virtuosismo y a la propia condición humana, este proyecto nombrado “Revelaciones” es una misión de paz, un objetivo holístico que se vale del arte como herramienta generadora de la paz entre los pueblos del mundo y propone, en su primera etapa, mostrar la visión prístina de 11 artistas plásticos cubanos para exponer la evolución que ha tenido el arte mediante la libertad individual en un país como Cuba donde indiscutiblemente el factor económico y político condicionan la actividad artística, también pretende fomentar a la expresión del arte como instrumento elemental en el despertar de la conciencia colectiva y como componente básico de la paz entre los pueblos en este caso México y Cuba.
El proyecto “Revelaciones” pretende generar acciones sociales específicas, fomenta la educación holística partiendo desde la misericordia para generar la belleza y la luz mediante el arte, se sustenta en la creación artística inspirada en la espiritualidad y en las filosofías orientales. Su plataforma base es México pero pretende expandirse primero a nivel nacional para luego cruzar fronteras con el único objetivo de unir territorios y conectar con la sabiduría universal ancestral por medio del arte.
Ciertamente el alcance e influjo del arte a nivel universal es indiscutible, las expresiones artísticas son un aporte esencial a la identidad de un país y a la percepción que se tiene desde afuera del mismo. Este lenguaje del alma humana es una clara muestra de que la auténtica manera de llegar a los corazones de los pueblos del mundo, a lo más profundo de su ser, es mediante la realidad sublime que captan los sentidos del artífice. Crear arte, sentir arte, consumir arte es en su conjunto una actividad esencialmente espiritual, el arte no se razona, se siente, se vibra, y la espiritualidad es sin duda el recipiente del principio artístico.
Fuente: Jaime Romay | The Huffington Post