Expertos advierten sobre señales inquietantes bajo el segundo mandato de Trump
En sus primeros 100 días de regreso a la presidencia, Donald Trump ha provocado una profunda preocupación sobre el rumbo democrático del país.
Según una encuesta del Public Religion Research Institute, el 52% de los estadounidenses considera a Trump un “dictador peligroso”. Otra encuesta de ABC News y The Washington Post revela que casi la mitad cree que el presidente está expandiendo su poder a expensas del estado de derecho.
Del autoritarismo clásico al competitivo
Este giro ha generado alarma entre académicos como Lucan Way, experto en transiciones democráticas, quien sostiene que Esatdos Unidos muestra signos de “autoritarismo competitivo”, un modelo donde se celebran elecciones, pero se socavan las instituciones democráticas desde dentro.
A diferencia de las dictaduras militares del pasado, este tipo de autoritarismo opera bajo una fachada democrática mientras silencia opositores, desacredita la prensa y recompensa lealtades personales por encima de la competencia profesional.
El poder judicial bajo ataque
Tom Ginsburg, constitucionalista de la Universidad de Chicago, alerta que el desdén del presidente hacia el poder judicial es particularmente preocupante.
“Las órdenes judiciales son ignoradas selectivamente, mientras jueces y sus familias son objeto de ataques personales y amenazas, dice. Agrega que, aunque existen herramientas legales como los procesos por desacato, la Corte Suprema ha reforzado la inmunidad presidencial, debilitando los contrapesos institucionales.
Gloria Brown Marshall, profesora de derecho constitucional y activista por los derechos civiles, contextualiza esta crisis dentro de una historia más larga de abusos de poder contra comunidades vulnerables. “Nos usaron como campo de entrenamiento”, advierte, señalando que lo que antes se aplicaba a afroamericanos, inmigrantes o personas LGBTQ+ ahora se está extendiendo al resto del país.
¿Es posible resistir al autoritarismo?
Ante este panorama, los expertos coinciden en que la resistencia es posible, pero requiere valentía colectiva. “Si todos somos un poco más valientes, no necesitaremos héroes”, citó Way. Las protestas, el periodismo independiente, el voto informado y la participación local son más relevantes que nunca.
Además, subrayan la necesidad de una visión clara. Para Brown Marshall, es fundamental que los demócratas y otros sectores propongan no solo una oposición al autoritarismo, sino un modelo de país diverso y democrático hacia 2045, año en que se espera que Estados Unidos sea una nación mayoritariamente no blanca. “Sin visión, el pueblo perece”, concluye.