Seis cosas que deberías recordar de cuando eras niño

Nacemos genios y morimos idiotas… y lo que sucede en medio es el sistema educativo. Por eso creo que deberíamos volver la vista atrás e intentar recordar como veíamos la vida cuando éramos niños, más allá de todos los límites que nos hemos impuesto en nuestra cabeza

Vivimos una época complicada, en la que todos los días nuestras capacidades son puestas a prueba. Y a menudo la solución está delante de nuestras narices pero no la vemos. Nos la tapan todos esos conocimientos, creencias y comportamientos aprendidos a lo largo de toda una vida… pero ¿y si volvemos la vista atrás y recordamos cuando éramos niños?

Porque aunque un niño no pueda ofrecernos las respuestas que estábamos buscando, a menudo sí es capaz de hacerse las preguntas correctas y reenfocar el problema… Y es que :

Nacemos genios y morimos idiotas… y lo que sucede en medio es el sistema educativo

Por eso creo que deberíamos volver la vista atrás e intentar recordar como veíamos la vida cuando éramos niños, más allá de todos los límites que nos hemos impuesto en nuestra cabeza.

  1. BUSCA: Cuando tenemos un problema es habitual que nos obcequemos en las soluciones conocidas o que creemos que son aplicables, en lugar de en todas las soluciones posibles. Eso hace nuestro universo más pequeño y limita nuestras opciones. Si quieres entender a qué me refiero, te recomiendo leer la fábula del sultán y los caballos… y vuelve a recordar que el mundo está lleno de posibilidades
  2. EXPLORA: En el camino de la búsqueda de la eficiencia, el santo grial de las empresas, hemos perdido el gusto por la exploración… y nos hemos perdido a nosotros mismos, a nuestra creatividad. A menudo las respuestas las descubrimos en el camino, mientras exploramos… y no al llegar a la meta. Así que igual no hay que buscar el camino más corto para ir de A a B, sino el camino donde más podamos aprender.
  3. OBSERVA: Nuestra experiencia actúa como filtro inconsciente ante las nuevas ideas y conocimientos a los que nos vemos expuestos, hasta el punto de no considerarlos siquiera si no cuadran en nuestro esquema de creencias o emociones (se llama disonancia cognitiva)… lo que hace que perdamos estupendas ocasiones para aprender, algo que no sucedía en nuestra infancia, donde estábamos abiertos a todo. Si no me crees te recomiendo el video TED ¿Por qué somos felices? de Dan Gilbert.
  4. CUESTIONA: A menudo los adultos tendemos a enfocarnos en los síntomas del problema, no en la causa raíz… lo que nos lleva a intentar apagar fuegos con una regadera. ¿Y si intentamos comprender el por qué del problema como cuando éramos niños, con esa dosis de sabia ingenuidad? Pregunta insistentemente “por qué” a cada uno de los problemas con los que trabajes como hace un niño, y acabarás averiguando la auténtica causa o fuerza motriz de las cosas (de ahí nace el método de los 5 por qué)
  5. APRENDE: Nos han enseñado a buscar el conocimiento por encima de todo, a intentar convertirnos en maestros… y precisamente ese conocimiento limita no sólo nuestro aprendizaje futuro sino sobre todo, nuestro disfrute. Acuérdate de cuando eras niño y aprendías algo nuevo, cuando tenías esa mentalidad de aprendiz que lo absorbía todo como una esponja sin prejuicios. Busca algo nuevo sobre lo que no sepas, aprende y redescubre el mundo… y eso te hará darte cuenta de todo lo que das por hecho.
  6. JUEGA: Parece que trabajar y divertirse son términos opuestos, y que en las empresas debe reinar un ambiente solemne… cuando nada más lejos de la realidad. Casi todo lo importante en la vida lo aprendimos con juegos y haciendo cosas divertidas, así que quizás ha llegado el momento de quitarnos esa patina de aburrimiento y volver a disfrutar con lo que hacemos… lo que además es muy productivo. Y si no me crees mira este video:

 

Javier Megias | @jmegias