Vivimos una época complicada, en la que todos los días nuestras capacidades son puestas a prueba. Y a menudo la solución está delante de nuestras narices pero no la vemos. Nos la tapan todos esos conocimientos, creencias y comportamientos aprendidos a lo largo de toda una vida… pero ¿y si volvemos la vista atrás y recordamos cuando éramos niños?
Porque aunque un niño no pueda ofrecernos las respuestas que estábamos buscando, a menudo sí es capaz de hacerse las preguntas correctas y reenfocar el problema… Y es que :
Nacemos genios y morimos idiotas… y lo que sucede en medio es el sistema educativo
Por eso creo que deberíamos volver la vista atrás e intentar recordar como veíamos la vida cuando éramos niños, más allá de todos los límites que nos hemos impuesto en nuestra cabeza.
- BUSCA: Cuando tenemos un problema es habitual que nos obcequemos en las soluciones conocidas o que creemos que son aplicables, en lugar de en todas las soluciones posibles. Eso hace nuestro universo más pequeño y limita nuestras opciones. Si quieres entender a qué me refiero, te recomiendo leer la fábula del sultán y los caballos… y vuelve a recordar que el mundo está lleno de posibilidades
- EXPLORA: En el camino de la búsqueda de la eficiencia, el santo grial de las empresas, hemos perdido el gusto por la exploración… y nos hemos perdido a nosotros mismos, a nuestra creatividad. A menudo las respuestas las descubrimos en el camino, mientras exploramos… y no al llegar a la meta. Así que igual no hay que buscar el camino más corto para ir de A a B, sino el camino donde más podamos aprender.
- OBSERVA: Nuestra experiencia actúa como filtro inconsciente ante las nuevas ideas y conocimientos a los que nos vemos expuestos, hasta el punto de no considerarlos siquiera si no cuadran en nuestro esquema de creencias o emociones (se llama disonancia cognitiva)… lo que hace que perdamos estupendas ocasiones para aprender, algo que no sucedía en nuestra infancia, donde estábamos abiertos a todo. Si no me crees te recomiendo el video TED ¿Por qué somos felices? de Dan Gilbert.
- CUESTIONA: A menudo los adultos tendemos a enfocarnos en los síntomas del problema, no en la causa raíz… lo que nos lleva a intentar apagar fuegos con una regadera. ¿Y si intentamos comprender el por qué del problema como cuando éramos niños, con esa dosis de sabia ingenuidad? Pregunta insistentemente “por qué” a cada uno de los problemas con los que trabajes como hace un niño, y acabarás averiguando la auténtica causa o fuerza motriz de las cosas (de ahí nace el método de los 5 por qué)
- APRENDE: Nos han enseñado a buscar el conocimiento por encima de todo, a intentar convertirnos en maestros… y precisamente ese conocimiento limita no sólo nuestro aprendizaje futuro sino sobre todo, nuestro disfrute. Acuérdate de cuando eras niño y aprendías algo nuevo, cuando tenías esa mentalidad de aprendiz que lo absorbía todo como una esponja sin prejuicios. Busca algo nuevo sobre lo que no sepas, aprende y redescubre el mundo… y eso te hará darte cuenta de todo lo que das por hecho.
- JUEGA: Parece que trabajar y divertirse son términos opuestos, y que en las empresas debe reinar un ambiente solemne… cuando nada más lejos de la realidad. Casi todo lo importante en la vida lo aprendimos con juegos y haciendo cosas divertidas, así que quizás ha llegado el momento de quitarnos esa patina de aburrimiento y volver a disfrutar con lo que hacemos… lo que además es muy productivo. Y si no me crees mira este video:
Javier Megias | @jmegias