A medida que el financiamiento gubernamental de servicios públicos se ha visto afectado por la tensión provocada por el desaceleramiento del crecimiento económico en varios países de Latinoamérica y el Caribe, tanto funcionarios públicos como ciudadanos descontentos están utilizando cada vez más nuevas tecnologías para prestar servicios y expresar prioridades y exigencias. El movimiento mexicano Yo Soy 132 y los modelos de presupuestos participativos locales de Brasil, que ya han sido aplicados en 70 comunidades, son dos ejemplos que encabezan las noticias.
Cinco expertos consultados por Diálogo Interamericano responden a la pregunta: ¿Cuáles son las mejores estrategias para estimular la participación ciudadana en la región a través de nuevas tecnologías? ¿Por qué algunas iniciativas de gobierno en línea han fallado en el pasado, y qué se necesita para hacerlas funcionar hoy en día?
— Juan Rada, vicepresidente de la unidad de negocios para el sector público y la educación global de Oracle: “Existe una oportunidad significativa para mejorar la comunicación entre gobiernos y ciudadanos en de Latinoamérica. El uso efectivo de la tecnología –y de los medios de comunicación en particular– puede ayudar a proveer las herramientas necesarias para que los gobiernos sean más receptivos con sus ciudadanos. Los medios de comunicación han transformado completamente nuestra manera de relacionarnos, conectarnos, informar, reportar, y acceder a la información. Desde una perspectiva política, estos medios han cambiado las reglas del juego. Sin embargo, existe una brecha substancial entre la conectividad y el activismo incentivados por los medios de comunicación y la creación de una política pública realmente colaborativa. Hasta la fecha, se ha visto que los medios de comunicación pueden ser utilizados para hacer campañas, pero ¿hasta qué punto están siendo utilizados como un recurso de gobierno? Las herramientas utilizadas para la gestión de relaciones sociales (SRM en inglés) son plataformas que permiten que los gobiernos presten atención a las necesidades de sus ciudadanos, recolecten datos en bruto, y entreguen resultados viables a millones de personas. La clave para una estrategia exitosa de SRM son los datos. Estos deben ser apropiadamente recolectados, gestionados, integrados, analizados y compartidos. Apoyarse de nuevas tecnologías de SRM fortalece a los gobiernos dándoles la capacidad de introducir modelos de presupuestos participativos, establecer prioridades en las comunidades y diseñar servicios públicos relevantes sin los costos y las complejidades de métodos más tradicionales y menos inclusivos. Sin embargo, para que esta herramienta sea efectiva, también es sumamente necesario el crecimiento del acceso a banda ancha en Latinoamérica. Los medios de comunicación y las herramientas de SRM crean una oportunidad para que los gobiernos de Latinoamérica escuchen, se comuniquen directamente con sus votantes y conduzcan una cultura de compromiso social transparente que será valorada por los ciudadanos.”
— Miguel A. Porrúa, especialista de gobiernos en línea del Banco Interamericano de Desarrollo: “La mayoría de las fallas de iniciativas de gobiernos en línea en Latinoamérica y el caribe han ocurrido por tres razones principales. La primera es la debilidad del respaldo político para estos proyectos. El segundo elemento es la falta de enfoque en los ciudadanos desde el inicio hasta el despliegue de políticas. Esto se refiere a gobiernos que frecuentemente implementan iniciativas que no son deseadas o entendidas por los ciudadanos. La tercera razón se debe al limitado acceso a conectividad de banda ancha que hizo accesible los gobiernos electrónicos sólo a una pequeña parte de la población. Afortunadamente, los líderes de gobierno en Latinoamérica y el Caribe están dándose cuenta del surgimiento de una ciudadanía mejor informada, más participativa y más exigente. En conjunto con los retos asociados a la atención de estas exigencias, se presentan oportunidades para explorar y facilitar nuevas tecnologías de comunicación. Los esfuerzos de Uruguay con respecto a políticas de datos abiertos, la iniciativa de participación ‘Yopropongo’ en Chile y una gran cantidad de iniciativas bajo el marco de ViveDigital, nos demuestran que las autoridades con planes de gobierno en línea avanzados están intentando acercarse a sus ciudadanos y atender sus necesidades más eficientemente. Sin embargo, los ejemplos más notables desde este punto de vista están ocurriendo a nivel municipal. La experiencia de la ciudad Junín en Argentina, que muestra cómo involucrar a ciudadanos para proveer asistencia a los ancianos; y la experiencia de la ciudad brasilera de Canoas sobre cómo tomar decisiones de presupuestos colectivos, se merecen una atención especial. La lista de municipalidades pioneras en Latinoamérica que están tomando ventaja de nuevas tecnologías para servir mejor a sus ciudadanos incluye Peñalolen, en Chile, Moraflores, en Peru y Patzun, en Guatemala. Esta lista también incluye muchas ciudades que han recibido el premio Ciudades Digitales, de la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Comunicación, en los últimos 10 años. Del mismo modo, el Banco Interamericano de Desarrollo, en colaboración con los gobiernos de Argentina, Brasil, Costa Rica y Uruguay, ha lanzado recientemente la página yogobierno.org, en donde los ciudadanos pueden describir experiencias con sus gobiernos y proveer ideas para mejorarlos.”
— Mike Mora, jefe de la sección de gobierno electrónico en el departamento de gestión pública efectiva de la Organización de Estados Americanos: “Estamos enfrentándonos a un cambio de paradigmas en el cual, gracias a tecnologías de información y comunicación, los ciudadanos se han convertido en agentes de cambio. Algunos de los ejemplos más destacados del compromiso de ciudadanos en la región son los que han surgido de iniciativas de datos abiertos (open-data en inglés), que invitan a los ciudadanos a generar aplicaciones que respondan a las necesidades cambiantes de sus sociedades. Este es el caso de las iniciativas de datos abiertos promovidas por el ministerio de ICTs colombiano, que para Junio de 2012 ya tenía 46 aplicaciones en su tienda (‘app store’). Otros buenos ejemplos se encuentran en la incorporación de tecnologías para promover la creación de presupuestos participativos como, por ejemplo, en Belo Horizonte, Brasil; la inmersión de principios y valores tecnológicos en escuelas y comunidades, como en el caso de Plan Vive Digital, en Colombia. Del mismo modo, la participación ciudadana promovida por la Unidad de Modernización Estatal en Chile ha abierto un debate sobre la posibilidad de incrementar el número de servicios gubernamentales online, lo cual ha mejorado la comunicación entre las diferentes agencias del gobierno. Sin embargo, el ejemplo más claro de participación ciudadana viene de Brasil, país que ha logrado entrelazar la sociedad civil con gobiernos abiertos en una gran variedad de formas. A pesar de los progresos, uno de los retos más grandes de la región ha sido la falta de adopción de estas estrategias de gobierno electrónico por parte de los ciudadanos. El incremento de estos esfuerzos nacionales y regionales por integrar a los ciudadanos podría contribuir a la mejora de los gobiernos democráticos, el desarrollo y la seguridad. Las iniciativas de gobierno electrónico fueron originalmente desarrolladas desde la perspectiva y a conveniencia de los funcionarios públicos. Por otro lado, la situación actual es más efectiva porque se enfoca en las verdaderas necesidades, intereses y expectativas de los beneficiarios. Se necesitan esfuerzos para enseñar a los ciudadanos de hoy en día la importancia y el uso estratégico de la tecnología y para desarrollar iniciativas que los sitúen al centro de la gobernancia al localizar sus necesidades, retos y potencial más allá de la tecnología.”
— Beatrice Rangel, miembro del panel de Advisor y directora de AMLA Consulting en Miami Beach: “Ciertamente existe una diferencia importante a propósito del uso del ciberespacio. Mientras que la presencia cibernética de la mayoría de los ciudadanos aumenta con el paso de los días, los gobiernos continúan atados a una realidad física. Al mismo tiempo, los ciudadanos construyen sus percepciones, opiniones, y militancia a través de sus interacciones. Esto los lleva a apiñarse y fusionarse en torno a intereses, problemas y reclamos. Mientras tanto, los gobiernos están produciendo políticas públicas que carecen de estas interacciones o hasta el apropiado seguimiento de su impacto por medio de programas piloto. En términos económicos, ésta situación podría definirse como una dislocación de mercado, ya que el oferta y la demanda no coinciden. Los ciudadanos exigen políticas públicas que sean consumer-friendly mientras que los gobiernos producen políticas públicas que por ser incomprensibles para los consumidores, son calificadas como hostiles. Y mientras países como Chile han progresado en sus iniciativas de gobierno en línea al proveer todos sus servicios a través del internet, poco se ha hecho con respecto a cambiar el locus de la producción de política pública de las oficinas del gobierno al ciberespacio. A medida que generaciones más conocedoras del ciberespacio ingresen a la fuerza de trabajo, la brecha entre oferta y demanda de políticas públicas va a desencadenar protestas y actitudes desconformes con las políticas públicas.”
— Andres Maz, director ejecutivo de política de tecnología avanzada en Cisco Systems: “La clase media emergente y vibrante de Latinoamérica tiene crecientes expectativas con respecto a servicios gubernamentales que incluyen la educación, la salud y la interacción con sus oficiales y administradores. Estas expectativas no son solo de cantidad, sino también de calidad. Los padres en Latinoamérica exigen para sus hijos la misma educación recibida por sus contrapartes Europeos, Estadounidenses y Asiáticos. Esto ha creado un reto enorme para gobiernos que necesitan aumentar los recursos proporcionados a sus ciudadanos en una época en la que los presupuestos son limitados y el desaceleramiento del crecimiento económico no es factible. Otra forma en la que estos gobiernos podrían satisfacer estas demandas sería a través del uso de la tecnología como un instrumento de soporte y capacitación. Los gobiernos que han entendido este reto han adoptado nuevas tecnologías y procesos automatizados. Sin embargo, las oportunidades van más allá del uso de una tecnología nueva en particular. La abierta adopción de la tecnología representa una oportunidad única para observar holísticamente los sistemas de salud, educación y justicia, así como impulsar reformas a través de la escala de valores. En el área de la salud, la adopción de nuevas tecnologías podría, por ejemplo, eliminar la necesidad de mantener pacientes de bajo riesgo en las camas de los hospitales cuando bien podrían quedarse en casa siendo monitoreados remotamente por medio de sensores conectados a la red. La digitalización de reportes médicos podría prevenir errores y agilizar la atención en las salas de emergencia. Sin embargo, para que la adopción de la tecnología sea exitosa es crítico que los gobiernos piensen holísticamente. Los ciudadanos serán los primeros en disfrutar los beneficios de las nuevas tecnologías. ¿Qué es lo que están esperando los gobiernos?”
Por: Juan Rada, Miguel A. Porrúa, Mike Mora, Beatrice Rangel, y Andres Maz – Latin America Advisor (Diálogo Interamericano): Can Technology Help Quell Citizens’ Anger at Their Governments?
Traducción Marcela Colmenares | @IQLatino