Con la realización del Foro BASE 2013 fue claro que es una práctica válida y necesaria, en cuya extensión toda la sociedad debe comprometerse como un modelo equitativo de generación de oportunidades.
La base de la pirámide en el mundo son 4.000 millones de personas que viven con ingresos inferiores a 3.000 dólares al año, algo así como 5 millones y medio de pesos. En América Latina y el Caribe hablamos de unos 400 millones de personas con un poder adquisitivo de 500.000 millones de dólares anuales. En Colombia la base de la pirámide es aproximadamente el 60 % de la población.
Reconociendo las profundas necesidades insatisfechas de esta población y la enorme influencia del mercado en dar a las personas lo que necesitan o creen necesitar, los negocios dirigidos a la mayoría buscan generar oportunidades representadas en productos y servicios. En temas como vivienda, alimentación o inclusión financiera han resultado muy efectivos.
Gracias a la innovación y la tecnología ello ha sido posible, traduciéndose en valor para la empresa, el gobierno y la sociedad. A aquellas nuevas soluciones a necesidades sociales que se construyen con la comunidad, es a lo que llamamos innovación social. Incluir la comunidad es primordial, porque ¿quién más puede decidir sobre lo que satisface sus necesidades, si no son las mismas personas que las van a usar?
Para explicar lo que es innovación social pongo un ejemplo en primera persona: si alguien me va a vender una silla de ruedas, como persona con discapacidad, puedo decir cómo la quiero y para qué la necesito. Porque si cumple con mis expectativas y satisface mis necesidades, la usaré.
En el discurso de apertura de BASE 2013, el alcalde Gaviria propuso la creación de una Agencia para la base de la pirámide, yo lo exhorto a fortalecer la institucionalidad de innovación de la ciudad con enfoque a esta población. Dándole vida a una Agencia Municipal especializada en la base de la pirámide corremos el riesgo de fraccionar estrategias que por naturaleza son transversales y están dentro del desarrollo económico de la ciudad.
Aunque Medellín es la Ciudad más innovadora del Mundo en 2013, hablar de la base de la pirámide nos recuerda el deber de traducir innovación en oportunidades para la mayoría. Construir innovación social de manera conjunta entre la universidad, la empresa y los emprendimientos sociales. Pues necesitamos mirar a la base de la pirámide para traducir la innovación en oportunidades para la mayoría.