En la complejidad del sistema de inmigración de Estados Unidos, personas esperanzadas navegan por un camino complicado hacia la obtención de la residencia permanente legal: la codiciada tarjeta de residente permanente o “green card”.
En 2022, EE. UU. aceptó 1.02 millones de solicitudes de tarjetas de residencia, un aumento del 37.6% respecto al 2021. Para enero de 2023, había 12.7 millones de residentes permanentes legales viviendo en el país. Estados Unidos ha otorgado el estatus de residente permanente legal a más de 88 millones de personas desde 1820.
Actualmente hay cerca de 35 millones de solicitudes pendientes, un aumento asombroso respecto de los 10 millones de 1996. En 2024, se espera que 1.1 millones de personas reciban tarjetas verdes. Es decir, solo alrededor del 3% de las personas que han presentado solicitudes recibirán el estatus permanente este año.
La complejidad del sistema y la cantidad de solicitudes han conducido a un estrecho cuello de botella en los procesos. Replantearse los parámetros administrativos puede ser de gran ayuda para solucionar la situación y aceptar migrantes que son necesarios parta la economía nacional
Dos siglos de evolución
El seguimiento oficial de la inmigración en Estados Unidos comenzó en 1820 con la aprobación de la Steerage Act de 1819, que requería que los capitanes de cualquier barco que llegara al país presentaran un manifiesto de pasajeros.
Hace un siglo se implementaron los primeros límites a la inmigración. Inicialmente, la tasa de aprobación de solicitudes de tarjetas de residencia se situó en un impresionante 98%.
Sin embargo, cuando el Congreso impuso límites numéricos en 1922 y 1924, restringiendo la inmigración de ciertas regiones, se iniciaron los retrasos y las tasas de aprobación disminuyeron.
A esto contribuyeron los cambios de política posteriores, como la Ley de Orígenes Nacionales y la Ley de Inmigración de 1924.
David J. Bier, director asociado de Estudios de Inmigración del Instituto Cato, arroja luz sobre las causas subyacentes.
Enfatiza que el núcleo del problema es los límites a las tarjetas, más que la complejidad del proceso de solicitud en sí. “Como la demanda excede con creces las cuotas asignadas, millones de personas quedan en el limbo, navegando por un sistema que desalienta la inmigración legal y ordenada”, dice.
Agrega que el fracaso de las solicitudes de tarjetas verdes revela una cruda realidad: un sistema abrumado por la demanda y obstaculizado por cuotas arbitrarias. “Solo el Programa de Lotería de Visas de Diversidad representa 22,2 millones de solicitudes, seguido de las categorías patrocinadas por familias con 8,3 millones”.
Los solicitantes de empleo y de asilo también contribuyen en gran medida. “A pesar de la apremiante necesidad de reformas, el enfoque administrativo sigue estancado, perpetuando el retraso y negando a innumerables personas la oportunidad de obtener la residencia legal”.
Los expertos abogan por reformas para abordar las causas fundamentales. Bier afirma que levantar los límites y ampliar la inmigración legal no sólo aliviaría el retraso, sino que también fomentaría el crecimiento económico y reforzaría el fondo de Seguridad Social. “Al adoptar un enfoque más inclusivo respecto de la inmigración, la nación se beneficiará enormemente”, remata.
¿Cómo es la distribución nacional?
Además, la distribución geográfica de los beneficios subraya la importancia de la reforma migratoria. Si bien todos los estados obtienen algunas ventajas, entidades como California, Texas, Florida y Nueva York emergen como principales beneficiarios debido a su mayor ingreso de inmigrantes.
Bier sugiere aprovechar la política de inmigración para distribuir estos beneficios de manera más uniforme en todo el país, empoderando a los estados para abordar sus necesidades económicas específicas.
En esencia, el enigma de la tarjeta verde refleja un problema sistémico más amplio que afecta el marco de inmigración de Estados Unidos. A medida que el trabajo atrasado continúa aumentando y las tasas de aprobación disminuyen, es imperativo tomar medidas urgentes.
“Al desmantelar las cuotas arbitrarias, simplificar el proceso de solicitud y adoptar un enfoque más inclusivo en materia de inmigración, Estados Unidos puede allanar el camino hacia un futuro más brillante y próspero, un futuro en el que el sueño americano siga estando al alcance de quienes lo busquen”, explica el vocero.
Beneficios económicos de la inmigración
En una época en la que las políticas de inmigración dominan los titulares, es esencial arrojar luz sobre las contribuciones positivas que hacen los inmigrantes a la economía estadounidense.
Informes recientes del Departamento de Salud y Servicios Humanos subrayan los beneficios financieros de la inmigración, destacando particularmente el impacto fiscal neto positivo de los refugiados.
Los inmigrantes desempeñan un papel crucial a la hora de reforzar la fuerza laboral y contribuir a los ingresos fiscales, algo esencial para sostener una población que envejece.
Con un número cada vez mayor de jubilados que dependen de los servicios sociales, la afluencia de trabajadores inmigrantes se vuelve primordial para garantizar la estabilidad financiera de nuestra nación.
A pesar de los beneficios evidentes, la percepción pública a menudo se inclina hacia ver la inmigración como una carga, más que como un activo. Sin embargo, las investigaciones sugieren que la educación y la concienciación pueden cambiar estas percepciones.
“Al difundir información sobre las ventajas económicas de la inmigración, podemos desafiar los conceptos erróneos y fomentar una comprensión más inclusiva de sus beneficios”, de acuerdo a Bier.
Considera que, al compartir ampliamente estas ideas, podemos crear conciencia sobre las barreras dentro de nuestro sistema de inmigración y galvanizar el apoyo a la reforma.
“Si bien se reconocen los desafíos, es fundamental permanecer optimistas sobre las posibilidades de cambio. Las iniciativas administrativas ofrecen vías prometedoras para abordar preocupaciones inmediatas y demostrar la viabilidad de las vías de inmigración legal”, comenta el experto.
Y señala que, al mostrar estrategias exitosas, podemos generar impulso hacia reformas legislativas más amplias.
“La administración Biden, con su enfoque en la reforma migratoria, tiene la oportunidad de predicar con el ejemplo. Al implementar soluciones administrativas y amplificar los beneficios de la inmigración, se puede allanar el camino para un cambio significativo”, concluye Bier.