Un proyecto para que jóvenes uruguayos salgan adelante

Estados, empresa privada y sociedad civil impulsan un programa para ayudar a que estudiantes de familias necesitadas puedan concluir con éxito los estudios de bachillerato

Sólo 39 de cada 100 uruguayos que comienzan la escuela logran terminar el bachillerato. La estadística coloca a Uruguay entre los países con mayor índice de desigualdad educativa en América Latina. Esa fue la razón por la que un grupo de voluntarios de B`nai B`rith Uruguay, con ayuda de profesionales, impulsó el programa Salir Adelante cuyo propósito es proporcionar las herramientas y las ayudas necesarias a jóvenes estudiantes que cursan cuarto año de secundaria en liceos públicos, exhiben muy buen desempeño académico y provienen de hogares en situación socio-económica comprometida, para que permanezcan dentro del sistema educativo y concluyan exitosamente sus estudios formales.

Salir Adelante apuntala a la vez tres aspectos fundamentales en sus vidas: la cobertura de necesidades básicas, la generación de un grupo de pertenencia entre pares, y de un clima educativo dentro del hogar, que extiende a través del compromiso del joven y su familia, a su nucleo de pertenencia y contexto social.

Los jóvenes son seleccionados por un tribunal formado por autoridades del Consejo de Educación Secundaria (CES), el Instituto Nacional de la Juventud (INJU), la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ), Reaching-U y B´nai B´rith Uruguay. Cada participante recibe una beca que es de carácter renovable hasta la finalización de su escolaridad liceal y que implica para él no sólo contar con la posibilidad de participar en propuestas grupales que favorezcan el desarrollo de sus estudios, a través de la realización de talleres quincenales, sino también el seguimiento individual y familiar, la visualización de redes de vinculación que vaya tejiendo y la estimulación de su inclusión en un nuevo entramado vincular, también mediante el apoyo de otras instituciones públicas o privadas.

El programa evalúa, además, las necesidades específicas de cada participante y se le otorga a él y a su familia un surtido básico de alimentos mensual, la cobertura de emergencia médica móvil, textos recreativos y de estudio, un set de ropa deportiva y campera de abrigo, una mochila, una computadora y acceso a Internet, lentes con receta médica, de necesitarlos, y la posibilidad de participar en espectáculos y actividades recreativas.

En contrapartida, el joven se compromete frente al programa a asistir en forma regular al liceo, mantener un buen promedio de escolaridad, participar en las actividades grupales e individuales que propone el proyecto, por ejemplo, ejercer tutorías entre pares, ser referentes o promotores de salud para otros jóvenes.

Para hacer realidad este programa se trabaja en base a una estructura que han denominado Triángulo Equilátero, es decir con tres lados iguales: uno constituido por el Estado a través del INJU, el Consejo de Educación Secuandaria y Progresa (Udelar), que aportan su saber, sus profesionales, la identificación de la población objetivo, el control y la intervención que puedan requerirse a cada momento.

Otro lado fundamental está formado por las empresas patrocinantes, en estos primeros cuatro años de implementación, por Discount Bank, que audita la gestión de los recursos del programa, World Trade Center, Macromercado, Editorial Santillana, Umbro, Meta, MoviStar Telefónica, SEMM, Óptica Lux, Ingeniería de Sistemas y Estudio Kaplan, CNS, Filial Montevideo de B´nai B´rith y particulares.

Cada una de estas empresas se involucraron con el programa desarrollando sus propios proyectos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), aportando fondos en dinero, en algunos casos, y productos y personal especializado en otros. De su compromiso y determinación, dependen los beneficios adicionales que el programa logre llevar a los jóvenes participantes cada año.

El tercer grupo en que se apoya la gestión de Salir Adelante, es la sociedad civil, la Asociación Cristiana de Jóvenes, Reaching-U y la B`nai B`rith, responsable de la gestión y articulación del proyecto.

Este modelo de gestión ha permitido una performance con excelentes resultados: del total de participantes del programa, 77% logró egresar, 15% decidió abandonarlo y 8% no logró cumplir con lo acordado inicialmente.

De los jóvenes egresados, sólo 15% deben rendir materias para finalizar el ciclo; 75% continúan estudios terciarios y trabajan; 15% sólo estudia y 10% sólo trabaja, es decir, ninguno de los egresados son jóvenes “ni-ni”.

Y de estos egresados, el 90% son los primeros en su familia en concluir estudios secundarios completos. Ahora, a fines de septiembre, se sumarán a estos jóvenes, 14 chicos de Montevideo, integrando una nueva generación que, gracias al programa, tendrá la chance de salir adelante.

Fuente: El País (UY)