Una visión antropológica del trabajo

En los debates que analistas e investigadores proponen sobre el mundo laboral, generalmente está ausente un factor que es clave y que tiene que ver con lo esencial que significa el trabajo para la identidad de las personas. Como bien lo explica el autor James Suzman en su provocador libro llamado simplemente Work, el trabajo que hacemos impacta en la definición de quiénes somos, ya que expresa nuestros intereses, permite realizarnos como personas, y nos genera orgullo y autoestima, además de movilidad profesional y social.

En su libro, el antropólogo especializado en las comunidades Khoisan del sur de África e investigador de la Universidad de Cambridge, hace un recorrido sobre la historia del trabajo pasando por la edad de piedra hasta nuestros días, en los que predominan la inteligencia artificial y los robots. Con sus originales planteos, Suzman desafía el pensamiento grupal de cómo miramos las realidades del mercado laboral y su impacto en el futuro del trabajo.

Work busca ampliar la definición más economicista  del trabajo centrada en la relación entre producir para transaccionar los bienes y servicios que necesitamos, en donde la escasez y la productividad se vuelven los conceptos fundamentales. Pero, si únicamente trabajamos para satisfacer nuestras necesidades ¿cómo definimos universalmente estas necesidades? y ¿cómo diferenciamos el trabajo con respecto al ocio o descanso?

Suzman hace hincapié en que una definición de trabajo, como el esfuerzo y energía que uno utiliza para alcanzar un objetivo o meta, solo puede ser comprendida desde un análisis más profundo que el económico y debe incluir una aproximación social y antropológica, que condiciona nuestras experiencias y estilos de vida.

Desde una mirada más abarcadora, el trabajo tiene una relación directa con el uso de la energía para realizar ciertas tareas, algo que claramente distingue a los humanos de las máquinas. En este camino, Work nos lleva a varios hitos en la historia de la humanidad, que cambian esa relación entre trabajo y la energía para llevarlo adelante.

El primero tiene que ver con el descubrimiento del fuego, que permitió “tercerizar” ese uso de la energía y liberar tiempo para otros trabajos.

El segundo, que se dio hace alrededor de 12 mil años, está relacionado con la capacidad de cultivar y almacenar alimentos. Esto alteró las formas y tipos de trabajos, como así también la relación con la escasez.

El tercer hito fundamental sucedió cuando la humanidad empezó a agruparse en pueblos y ciudades, alrededor de 8 mil años atrás. En ese momento, las sociedades agrícolas permitieron almacenar suficiente alimento para mucha gente al mismo tiempo, liberando energía y trabajo para dedicarse a otros asuntos que no fueran la supervivencia. El nacimiento de las ciudades modificó la relación entre un trabajo enfocado en generar alimento, a otro apuntado a la demanda. Esto promovió nuevas profesiones, actividades, capacidades y relaciones comerciales.

Mientras que la capacidad agrícola en los campos permitió a los habitantes de las ciudades trabajar en otros ámbitos, comenzó a cambiar la identidad que producía el trabajo, ya no relacionado únicamente a las comunidades rurales, sino al comercio o profesión a las que las personas se dedicaban.

Como cuarto hito, vemos una nueva transformación a partir de la aparición de las fábricas. La utilización de otras fuentes de energía como los combustibles fósiles, volvieron a modificar la relación entre el trabajo y la energía, exponenciando la producción y prosperidad material, pero también la inequidad en las sociedades.

Hoy, pareciera que la tecnología está transformando nuevamente estos cuatros puntos mencionados de convergencia entre trabajo y energía que describe el autor.

Sin dudas, Work deja muchos interrogantes sobre el futuro: ¿El trabajo seguirá siendo esa fuente de autoestima y de identidad de las personas? ¿seguirá dando el debate sobre la inteligencia artificial y el reemplazo de empleos? En definitiva, ¿el trabajo nos llevará a reinterpretar cómo nos definimos laboralmente, y por ende, profesional y personalmente?

Photo: Marten Bjork/Unsplash