Aunque existen pruebas abrumadoras de que la educación de las niñas es fundamental para impulsar los objetivos de desarrollo y que la educación secundaria de las niñas es especialmente transformadora para ellas mismas y sus sociedades, el tema sigue siendo un reto, especialmente en determinadas regiones y países.
Hoy, cuando se celebra el Día Internacional de la Niña, alrededor de 31 millones de pequeñas en edad escolar primaria y 34 millones más en edad escolar secundaria no están matriculadas en la escuela.
“Para cambiar la vida de las niñas, para darles poder, tenemos que pensar de una manera original: Tenemos que innovar. La innovación puede implicar el uso del poder de la tecnología para dar a las niñas una voz, o para enseñarles habilidades que les sirvan para conseguir trabajo. Sin embargo, también significa llegar a nuevos aliados, utilizar el dinero y los recursos de manera diferente, movilizar a las comunidades y a los medios de comunicación y, sobre todo, comprometer a los jóvenes”, sostiene Anju Malhotra, Asesora Principal de UNICEF sobre Género y Derechos.
En este sentido, la Organización cuenta en todo el mundo con varios laboratorios de la innovación , una red que involucra a jóvenes, técnicos, el sector privado y la sociedad civil en la resolución de problemas.
Destaca por el ejemplo el Laboratorio de Innovaciones de Kosovo que trabaja para fomentar la participación activa de la comunidad y enseñar a las jóvenes habilidades comerciales; o el de Uganda, que sirve como un taller de creación de prototipos físicos, un centro de desarrollo de los servicios RapidSMS, un taller de electrónica, un sistema de producción de vídeo, un lugar para la celebración de talleres de aptitudes y un lugar informal y accesible que facilita una mayor relación entre UNICEF y las comunidades.
La ONU, el organismo que promovió la iniciativa al declarar el 11 de octubre como el un día para reconocer los derechos de las niñas y los desafíos excepcionales que confrontan las niñas de todo el mundo, aprovecha la ocasión para recordar a los Estados miembros, las organizaciones de la sociedad civil y los agentes del sector privado que cuenten tienen herramientas potenciales para innovar, varias medidas que aún deben tomarse :
– La mejora de los medios públicos y privados de transporte para que las niñas vayan a la escuela: desde carreteras hasta autobuses, ciclomotores, bicicletas, botes y canoas;
– La colaboración entre los sistemas de enseñanza y el sector bancario para facilitar el pago seguro y conveniente de los salarios a las maestras y de las becas a las niñas;
– La provisión de cursos de ciencia y tecnología dirigidos a las niñas en las escuelas, las universidades y los programas de formación profesional;
– Los programas de mentores empresariales para ayudar a las niñas a adquirir las aptitudes de trabajo y liderazgo esenciales y facilitar su transición de la escuela al trabajo;
– La revisión de los planes de estudio para integrar mensajes positivos sobre las normas de género relacionadas con la violencia, el matrimonio infantil, la salud sexual y reproductiva, y las funciones masculinas y femeninas en la familia
– La aplicación de la tecnología móvil para la enseñanza y el aprendizaje a fin de llegar a las niñas, especialmente en las zonas remotas.