Lo que empezó hace 22 años con el esfuerzo individual de 20 empresas afiliadas a la Federación Nacional de Comerciantes de Colombia (Fenalco), en que cada una aportó US$ 250 (medio millón de pesos) para asumir un compromiso social, se ha transformado hoy en la tercera entidad en promoción social de Latinoamérica, que se conoce como la Corporación Fenalco Solidario.
Hernando Echeverri Montoya, presidente de la Junta Directiva de la entidad, destaca que las 600 empresas que ya son parte de la corporación gestionaran entre 2007 y 2012 inversiones por US$187 millones (372.976 millones de pesos) en planes de responsabilidad social empresarial. Agrega que solo en 2012, el 71 por ciento de las compañías invirtieron más del 10 por ciento de sus utilidades en ese tipo de iniciativas.
No obstante, Fenalco Solidario insiste en lograr mayores avances, pues en Europa ya no se habla de balance social ni de código de ética, sino de memoria responsable y en Japón ya es una obligación legal para las empresas.
Para Sandra Sierra Vélez, directora ejecutiva de Fenalco Solidario, aunque en Colombia se ha avanzado bastante en el compromiso social de las compañías, es aún necesario pasar de la filantropía a las acciones concretas.
La apuesta de la responsabilidad social empresarial del gremio de los comerciantes es lograr armonía entre las personas y el entorno. Para ello se desarrolla estrategias dirigidas a los diferentes públicos: desde clientes-consumidores, pasando por proveedores, empleados y accionistas, hasta la competencia y el Estado.
Entre los temas sensibles figuran la educación y el medio ambiente. “En educación hay una brecha grande que debemos intentar cerrar. Lo ideal es formar jóvenes con básica secundaria y que las empresas se echen a la espalda una camada no solo de bachilleres, sino de tecnólogos y hasta profesionales, para evitar que las hojas de vida solo sean para quienes están capacitados y así, cuando la empresa crezca, que crezca con todos”, opina Echeverri.
El mensaje que quiere promover Fenalco Solidario es que la responsabilidad social pasa por todos, grandes, medianos y pequeños, y el tema debe mostrarse y contagiarse.
Según cifras de la Andi, entre 2009 y 2011, los principales mecanismos empleados por la industria para el desarrollo de inversión social fueron donaciones en especie y en dinero a proyectos diversos, seguidas de aportes a fundaciones, patrocinios y voluntariados, orientados, principalmente, al medio ambiente y la salud.
Ahora bien, hay un factor cultural en contra de la responsabilidad social: asociarla a que es tarea de las grandes empresas.
Pero a 2015, la meta de Fenalco Solidario es agrupar a unas 1.500 compañías, de todos los tamaños, que estén comprometidas con ejecutar acciones responsables. Incluso a esa apuesta se han unido no solo empresas comerciales sino de sectores como construcción, energía e industria.
Fuente: El Colombiano