El gobierno venezolano abrió este miércoles una nueva grieta en sus relaciones con Estados Unidos, afectadas en las últimas semanas por una serie de choques diplomáticos y acusaciones bilaterales, al suspender el “canal de comunicación” informal establecido a fines de 2012 entre Washington y Caracas.
El canciller venezolano, Elías Jaua, en rueda de prensa precisó que esa comunicación quedará diferida “hasta tanto no haya un mensaje claro de cuál es el tipo de relación que quieren los Estados Unidos con Venezuela” y añadió que “no tiene sentido seguir perdiendo el tiempo”.
A pesar de las diferencias política, Estados Unidos sigue siendo el principal comprador de petróleo de Venezuela. Ambos países no tienen embajadores desde 2010 y las relaciones corren únicamente por los encargados de negocios.
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La nueva ruptura del diálogo entre Washington y Caracas se deben por declaraciones de la subsecretaria adjunta para América Latina de EEUU, Roberta Jacobson, en las que solicitó a Venezuela que las elecciones presidenciales del 14 de abril sean “abiertas, justas y transparentes”.
El gesto fue catalogado por Venezuela como una injerencia en asuntos internos, por lo que el canciller Jaua demandó a Estados Unidos “una rectificación”.
La suspensión de los contactos constituye prueba de que la diplomacia “antinorteamericana” que encabezó el fallecido presidente Hugo Chávez se mantendrá bajo un posible gobierno de su sucesor, Nicolás Maduro, actual presidente encargado y candidato oficialista en las elecciones, señalaron expertos.