“No construiremos un muro, sino una economía en la que todo el mundo que quiera un trabajo bien pagado lo tenga”.
“Construiremos un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes que ya están contribuyendo a nuestra economía”.
“Una reforma migratoria integral hará crecer nuestra economía y mantendrá a las familias juntas, y eso es lo correcto”.
Lo dijo Hillary Clinton, candidata del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, en el discurso de cierre de la Convención Demócrata que la nominó oficialmente como candidata. La idea se repitió en varios de los discursos más importantes de los cuatro días en Filadelfia.
“El hecho de que muchos oradores hablaran sobre inmigración, algo sobre lo que los demócratas solían ser dubitativos, fue un hito”, escribe Rafael Bernal en The Hill
En el programa de sus primeros cien días estaría la negociación con congresistas republicanos para la reforma migratoria, según The New York Times.
Quizás nunca antes los latinos, población creciente en ese país, minoría en expansión, estuvieron en el epicentro de una campaña electoral por la Presidencia como ahora. Donald Trump, contrincante de Clinton desde el Partido Republicano, parece ser el principal responsable al criminalizar a la inmigración mexicana y prometer la construcción de un muro en la frontera con ese país.
Desde el lado demócrata ha habido una respuesta en la diversidad, al menos en la selección de sus delegados. 616 delegados latinos y más de mil afroamericanos estuvieron presentes en la Convención Demócrata de Filadelfia de la semana pasada, frente a los 133 delegados hispanos y 19 afroamericanos de la Convención Republicana de Cleveland que nominó a Trump como candidato, cita Univisión al politólogo Eduardo Gamarra, uno de los artífices de la encuesta New Latino Voice.
“Aunque los republicanos solo tienen la mitad de los delegados que los demócratas, la poca representación de minorías convirtió a su convención este año en una de las menos diversas en décadas”, dice el artículo.
Stephen Nuño, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Arizona, experto en políticas de la comunidad hispana, dijo a The Dallas Morning News que los latinos presentes en la Convención Demócrata no fueron “simples animadores o representaciones culturales”, sino “líderes políticos electos en todos los niveles de gobierno”.
“Y el partido ha incluido sus temas y está tratando de progresar en ellos de forma explícita”, añade el artículo, que recuerda que estos logros no ocurrieron de un día para otro, sino por el trabajo duro de las organizaciones latinas que los han impulsado.
Hillary Clinton se ha granjeado otros apoyos simbólicos a su candidatura en el mundo hispano. Como el de la Cámara Hispana de Comercio de Cleveland, la ciudad sede de la Convención Republicana. Y su presidente lo hizo en plena Convención Republicana, como el primer apoyo oficial a una candidatura presidencial en 38 años.
Varias celebridades latinas del mundo del espectáculo han declarado su apoyo a Clinton.
Y, según BuzzFeed, la candidata demócrata se dirigirá a la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos y su par para periodistas afroamericanos, en una convención conjunta en Washington DC.
Según un artículo de Latino Fox News, una encuesta realizada por este medio en la que Clinton supera a Trump con 62 por ciento de las preferencias entre los votantes hispanos registrados; el candidato republicano sólo se lleva el 23 por ciento. Otras encuestas llevadas a cabo por Latino Decisions y Latino Victory Project dan a Clinton hasta 71 por ciento. La más reciente encuesta de Reuters/Ipsos, realizada apenas terminó la Convención Demócrata, da a Hillary Clinton seis puntos de ventaja sobre Trump entre todos los posibles electores.
¿Cómo se traduciría todo esto en la realidad para la comunidad latina?
Lo primero es el voto. Latino Fox News conversó con legisladores demócratas hispanos, quienes coincidieron en la importancia de esta elección para su comunidad, “con temas como inmigración, economía, salud y educación pendiendo de un hilo”.
“Esta elección es personal. Esta elección es sobre nosotros”, citan al congresista de California, Xavier Becerra, presidente del Caucus Demócrata y uno de los nombres latinos que sonó como posible llave con Clinton en la vicepresidencia, antes de que, finalmente, Tim Kaine fuera nominado.
La también congresista de California, Linda Sánchez, resaltó que es importante “ganar de nuevo el control del Senado” y “votar por los candidatos latinos arriba y abajo en la papeleta”. Una hermana suya, Loretta Sánchez, aspira a una silla en la Cámara Alta, junto con la procuradora general de Nevada, Catherine Cortez Masto, de lo cual podría salir “la primera senadora latina”, pero, además, recuerda Sánchez, hay más hispanos aspirando a cargos federales.
Los consultados por The Hill van más allá y creen que un eventual gobierno de Hillary Clinton debería incluir a más latinos. El de Obama tiene a tres. “Con la nueva administración vamos a pedir al menos cuatro puestos en el gabinete”, dice a la publicación Keneth Romero-Cruz, director ejecutivo del Caucus Nacional Hispano de Legisladores Estatales. Para que un gabinete sea representativo, dice Romero-Cruz, “su composición debería ser proporcional a la composición de la totalidad de la población”.
Organizaciones como Latino Victory Project están trabajando por hacer realidad esta petición de Linda Sánchez y por movilizar a los votantes latinos, quienes tienen un récord de inscritos, 27,3 millones de personas. Históricamente los hispanos optan por la opción demócrata, pero, en general, su tasa de participación ha sido baja.
Según Univisión, si los hispanos registrados no votaran, Trump podría ganar en estados pendulares como Florida, Colorado y Nevada. La nota agrega que el voto hispano también es decisivo en Pensilvania, Virginia, North Carolina, Michigan y Ohio. “El voto latino siempre ha sido una clave, pero quizás lo es ahora más que nunca. (…) La tasa de votantes es lo que determinará todo, porque la diferencia entre Trump y Clinton es menor al margen de error en las encuestas, y permanecerá así hasta noviembre”, dice a ese medio el estratega del Partido Demócrata Mark Alderman.