El próximo 12 de noviembre habrá una audiencia crucial en la Corte Suprema de Estados Unidos sobre el programa DACA (Deferred Actions for Childhood Arrivals: La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), que protege a unos 700,000 dreamers en el país, que llegaron sin documentos cuando eran niños.
Ese día, los abogados del gobierno de Donald Trump expondrán sus argumentos de por qué quieren derogar el programa, y los abogados de las organizaciones y particulares que piden su continuación harán lo mismo. En vista de todos los reveses en los tribunales que ha tenido la administración Trump y que han impedido hasta ahora que elimine el DACA, sus abogados acudieron a la Corte Suprema para su revisión.
En la antesala de la audiencia, una lista larga de personalidades y empresas han introducido ante la Corte el recurso llamado Amicus Curiae (amigos de la corte), una petición realizada por terceros para defender la continuación de DACA. Ex funcionarios de seguridad nacional, política exterior e inteligencia –incluidos ex jefes de la CIA– y otros servidores públicos que han trabajado en temas de seguridad dentro del gobierno de Estados Unidos introdujeron el escrito el 4 de octubre pasado. Justifican ante el máximo tribunal por qué no deben eliminar DACA, con argumentos legales, económicos, políticos y diplomáticos.
“La rescisión de DACA causaría un grave daño a los intereses de seguridad y política exterior de Estados Unidos”, dice el documento que suscriben ex funcionarios como Madeleine K. Albright, John O. Brennan, el general retirado Michael V. Hayden, John Kerry, o Susan E. Rice.
“En primer lugar, la rescisión tendría un impacto humanitario devastador para los beneficiarios de DACA y sus familias y comunidades. En promedio, los beneficiarios de DACA llegaron a Estados Unidos a la edad de seis años. Deportarlos a lugares que son inseguros, que no les son familiares y que no son capaces de darles soporte dañaría gravemente a estos individuos y marcaría un profundo desprecio a los derechos humanos. (…) Esto alentaría a otros países a maltratar a sus propios migrantes”.
Según las cifras de los documentos presentados a la corte, en Estados Unidos están registrados 825,000 dreamers, los hijos de inmigrantes que llegaron con sus familias, sin documentos. El programa DACA, que entró en vigor en 2012 durante el gobierno de Barack Obama, los protege de la deportación. Jorge Cancino, periodista experto en inmigración en Univision Noticias, explica en una nota que unos 100,000 dreamers renunciaron a la protección de DACA “por diversas causas, entre ellas porque no renovaron sus permisos de trabajo o bien porque legalizaron sus permanencias en el país por otras vías legales”. Por lo tanto, calcula, DACA protege en este momento a poco más de 700,000 dreamers en Estados Unidos.
El 5 de septiembre de 2017, el gobierno de Trump el programa DACA, cumpliendo con su promesa electoral. El enero siguiente, una corte de California revocó la decisión y ordenó a Homeland Security restituir DACA. Como recuerda Cancino, en febrero y abril de 2018 siguieron un tribunal de Brooklyn y otro de Washington DC con sentencias favorables a DACA. Diez estados con gobernadores republicanos demandaron el programa en una corte federal de Houston, continúa Cancino, pero ese tribunal desestimó la demanda. Hace casi un año, en noviembre de 2018, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito sentenció que Trump no podía eliminar DACA y que esa decisión de septiembre de 2017 había sido “arbitraria, caprichosa y no apegada a la ley”.
El impacto en la estabilidad del hemisferio es otra de las consecuencias de eliminar DACA que los “amigos de la corte” presentaron a la Corte Suprema el 4 de octubre. “Los países a los que los beneficiarios de DACA serían deportados ya están luchando contra una pobreza profunda, el crimen y servicios sociales sobrepasados e insuficientes. Los países del Triángulo Norte [ de Centroamérica: El Salvador, Honduras y Guatemala] carecen de la capacidad o servicios para absorber el influjo potencial de decenas de miles de gente joven con necesidades de trabajos y escolarización y con falta de familiaridad con la región. Incluso México, más grande y al menos y de alguna forma más próspero, tendría enormes problemas de capacidad si tuviera que recibir a tantos individuos”, argumentaron.
En temas más internos, se refirieron también al impacto que la ausencia de DACA tendría en la disponibilidad para el servicio militar. “Cientos de beneficiarios de DACA sirven en la actualidad en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a través del programa [de reclutamiento] Military Accesion Vital to National Interest, que recluta inmigrantes con habilidades especiales y fundamentales para las misiones, como el dominio del idioma y la experticia médica que se necesitan con urgencia en el ejército”.
Por otro lado, los “amigos de la corte” argumentaron que rescindir DACA dificultaría que las fuerzas de seguridad combatieran el crimen en territorio estadounidense y en la región. “Los profesionales del orden público y de seguridad nacional concuerdan en que DACA mejoró de forma amplia la seguridad de ciudades estadounidenses, al disminuir el miedo a oficiales de policía en las comunidades migrantes y estimular a los inmigrantes a colaborar con el orden público”.
Dan este dato: casi 60% de los beneficiarios de DACA han declarado tener la voluntad de reportar un delito, algo que no habrían hecho antes de tener el estatus de protección de este programa.
Por último, los “amigos de la corte” apelan a la economía. Dicen que eliminar DACA desviaría una cantidad significativa de fondos que podrían usarse en “urgentes y reales” necesidades de seguridad nacional. El costo de la deportación de los beneficiarios de DACA, estiman, sería de 7 mil 500 millones de dólares. “Este dinero se necesita con urgencia para otras prioridades: combatir el crimen internacional y de las fronteras, prevenir ataques terroristas y canalizar otras amenazas de seguridad emergentes.
Por otro lado, arguyeron que los beneficiarios de DACA contribuyen cada año con unos 42 mil millones de dólares a la economía estadounidense.
Facebook, Apple, Target también
Los argumentos económicos son precisamente los que usaron las 18 asociaciones de negocios y las 125 compañías que firmaron otro escrito como “amigos de la corte”, también el 4 de octubre, para defender la continuación de DACA. Empresas tan poderosas como Facebook, Hewlet Packard, IBM, IKEA, Levi Strauss, Netflix, Marriot Hotels, Netgear, Spotify, Target, Tesla o Twitter
Los 143 de la lista, como dice el escrito, “en conjunto aportan billones de dólares a los ingresos anuales de la economía estadounidense y tienen millones de empleados”.
En su opinión, rescindir DACA no solo dañaría a sus beneficiarios, familias y allegados, “sino también a los muchos negocios de Estados Unidos que cuentan con ellos para ayudar a motorizar la innovación y el crecimiento económico de forma continua”.
Debido a que DACA otorga autorizaciones para trabajar a los dreamers, que en su mayoría tienen el título de bachiller y, en muchos casos, lograron graduarse en la universidad, “más de 90 por ciento de los dreamers están empleados en prácticamente todos los sectores de la economía –desde el trabajo de la construcción, enfermería y cocina hasta expertos informáticos–. Que estén empleados apoya el crecimiento de las compañías y la economía de Estados Unidos de numerosas maneras”.
Los representantes de estas empresas y asociaciones de negocios argumentan que los dreamers ayudan también al crecimiento de la economía porque ocupan puestos de trabajo que de otra forma permanecerían vacantes, “debido a una oferta de trabajadores insuficiente”.
“Si esta corte permite que se haga efectiva la rescisión de DACA y, por lo tanto, que finalicen los permisos de trabajo de los dreamers, las compañías afrontarán costos estimados en 6 mil 300 millones de dólares para reemplazarlos –si es que pueden encontrar nuevos empleados que llenen esos puestos–. Las empresas perderían el dinero invertido en entrenar a los dreamers e incurrirían en costos para reclutar y entrenar a nuevos empleados, que tendrían menos experiencia y, por lo tanto, serían menos productivos”.
Por su parte, el CEO de Apple, Tim Cook, introdujo también otro escrito como “amigo de la corte” con argumentos similares.
“Apple emplea a 443 dreamers que vienen de más de 25 países diferente en cuatro continentes”, dijo en el escrito. “No los contratamos por bondad o caridad. Tienen orígenes diferentes y muestran una variedad amplia de habilidades que los equipan para solucionar problemas con perspectivas diferentes. Justo porque florecen en la adversidad, con frecuencia exhiben niveles extraordinarios de agallas y empuje”.