La producción anual de aparatos electrónicos en el mundo requiere 320 toneladas de oro y de 7,500 toneladas de plata. Es el ‘tesoro’ que buscan extraer habitantes de África y Asia que trabajan en tiraderos, a donde va a parar la mayor parte de la basura electrónica global, y aunque parece una ocupación lucrativa está causando daños ambientales y en la salud de las personas.
La cifras sobre la cantidad de oro y plata utilizados en los electrónicos son reveladas por un estudio del científico y ambientalista Ruediger Kuehr. Esas toneladas en conjunto tienen un valor de 21 billones de dólares, aunque apenas se recuperan entre 13 y 15%, publica la revista Quo en su edición de julio 2014.
Entre 75 y 80% de la basura electrónica global termina en Asia y África para ser reciclado. Habitantes de los poblados de Guiyu en China o Agbogbloshie en Ghana, los mayores tiraderos de desechos electrónicos en el planeta, se encargan de desarmarlos para obtener recursos económicos. Su actividad es conocida como minería urbana.
Para recuperar el cobre y el acero de los electrónicos, los mineros urbanos queman o lavan las placas y cables con ácido clorhídrico.
Al hacerlo no sólo contaminan el ambiente sino a ellos mismos con otros metales pesados y tóxicos como el plomo, el berilio, el cadmio y hasta el arsénico, al tiempo que liberan cenizas de hidrocarburos en el agua, el aire y el suelo.
El reporte Tech Toxic elaborado por la organización Greenpeace revela que algunas partes de los electrónicos, en particular las pantallas planas, emiten mercurio cuando son desmanteladas. Mientras que un monitor de computadora puede tener hasta tres kilos de plomo.
50 millones de toneladas de basura electrónica se generan cada año, según informes de la ONU.
33% el incremento que habrá en menos de un lustro por la tendencia del ‘gadget de moda’, según Solving the E-Waste Problem (StEP), ONU.
El tratamiento de la basura electrónica es regulado por el Convenio de Basilea, un tratado que ha sido firmado por 170 países, el cual señala que es legal exportar electrónicos a países en desarrollo, siempre que puedan reutilizarse.
La idea de detener el ritmo de consumo de electrónicos no parece ser la solución.
Los datos de la ONU indican que en 2012 los mexicanos generaron 9 kilos de residuos, una cifra que está por encima de Brasil, donde el desperdicio por habitante es de 7 kilos.
Y los números aumentarán con rapidez debido al incremento en la demanda para adquirir electrónicos y a su cada vez más corto ciclo de vida. En la última década la vida de los celulares pasó de seis a dos años.
Fuente: Reportaje originalmente publicado por CNN Expansión | @IQLatino
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