Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo, según el último informe de la disparidad de emisiones de la ONU, que dio cuenta de un año récord en emisión de gases de efecto invernadero en el planeta. En 2017, el gobierno de Trump se retiró del Acuerdo de París, según el cual los países se comprometieron a mantener en conjunto el aumento de la temperatura del planeta en menos de 2 grados centígrados, o en lo posible, en 1,5 grados.
El impacto del cambio climático en Estados Unidos se acentúa en la comunidad latina, el segundo grupo demográfico de Estados Unidos.
Hay estudios que lo muestran. Chela García, directora de los Programas de Conservación de la Hispanic Access Foundation, escribió en The Hill que los latinos tienen una probabilidad 165% mayor que los anglosajones a vivir en condados de Estados Unidos que registran niveles de contaminación de partículas peligrosos para la salud y un 51% más a vivir en condados con niveles nocivos de ozono.
Hay otros datos publicados por esta organización civil: los hispanos tienen una probabilidad 21% más alta de vivir en islas urbanas de calor, que son sectores de las zonas metropolitanas considerablemente más calientes que las zonas rurales que lo circundan, porque tienen más asfalto y cemento y menos áreas verdes. Las islas urbanas de calor, apuntan en la página de Hispanic Access Foundation, pueden producir dificultades respiratorias, agotamiento, calambres, golpes de calor y hasta la muerte.
Durante las olas de calor, es común que aumenten las visitas a los hospitales y que también haya muertes. Hispanic Access Foundation recuerda que la falta de cobertura de salud para tener acceso a estos servicios y tratamientos es mayor para los hispanos. En efecto, según la Oficina para la Salud de las Minorías del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, los latinos son el grupo con menor cobertura de salud entre todas las llamadas minorías raciales en ese país. 17,8% de la población hispana no tiene seguro de salud, en comparación con 5,9% de anglosajones. Este año, además, los inmigrantes latinos acudieron menos a los servicios sociales y bajaron sus solicitudes de seguros de salud, por temor a las políticas migratorias de Donald Trump.
Por otro lado, recuerda esta organización, el 80% de los cerca de 3 millones de jornaleros –los trabajadores del campo—en Estados Unidos son latinos. Su subsistencia depende de estos trabajos, pero las sequías y las olas de calor, así como las inundaciones, están afectando los cultivos.
Los hispanos también son obreros o jornaleros de la silvicultura, la pesca y la caza: 16,8% en comparación con 10,3% de anglosajones. “Las altas temperaturas y las olas de calor impactarán de forma desproporcionada entonces en los trabajadores latinos”, dice la web de Hispanic Access Foundation.
Por otro lado, los estudios más actualizados de la ONG Voces Verdes indican que los latinos en Estados Unidos son “60 veces más propensos” a padecer crisis asmáticas que los anglosajones. En el caso de los niños, la probabilidad de muerte por asma es 40% más alta.
Más conscientes en su percepción
En los sondeos de opinión, los hispanos consultados se muestran muy conscientes del problema.
En una encuesta de Latino Decisions de 2018, un 32% de los encuestados que indicó haber sido afectado el último año por el cambio climático con olas de calor y/o inundaciones en su estado era latino. Un 33% dijo haberlo padecido en los dos a cinco años anteriores. 49% de quienes dijeron que era “sumamente importante” que el entonces nuevo Congreso aprobara leyes que combatiera “de forma agresiva” el cambio climático eran hispanos.
La Universidad de Yale publicó en 2017 un estudio exhaustivo, con una muestra de 2.054 hispanos, sobre la percepción que tiene la población latina en Estados Unidos sobre el cambio climático. Era el año en que Trump salía del Acuerdo de París.
Los resultados son incontestables: 84% de los consultados creía en la existencia el calentamiento global, 63% estaban muy o sumamente seguros de su existencia, 78% estaba preocupado por él, 53% dijo que le afectaba de forma personal y 48% dijo conversar sobre el tema en su entorno.
Por otro lado, 68% respondió que Estados Unidos debería reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por su cuenta, “independientemente de que lo hagan otros países”. 81% de los encuestados estuvo de acuerdo en exigir a la compañías de combustibles fósiles que paguen un impuesto al carbono y 50% en regular el dióxido de carbono.
77% dijo que las industrias y corporaciones deben hacer más para abordar el cambio climático, mientras 74% dijo que debería hacerlo el presidente Trump, 73% el Congreso y 74% los ciudadanos.
60% aseguró estar dispuesto a votar por un candidato por su postura frente al cambio climático.
Entre los entrevistados en este sondeo, 70% afirmó que el calentamiento global por el cambio climático se debe a la actividad humana.
En 2015, el Pew Research Center obtuvo resultados similares que además comparó con otros grupos raciales en Estados Unidos. Siete de cada 10 latinos (70%) dijo que el planeta se está calentando por obra de la actividad humana, mientras solo un 44% de los anglosajones y un 56% de los afroamericanos estuvieron de acuerdo con ellos.
En el sondeo de la Universidad de Yale, 35% de los latinos consultados dijo que compra productos de compañías que toman medidas contra el cambio climático y 75% dijo que tenía intención de hacerlo en el futuro, mientras 31% se niega a comprar los productos de la que no y 55% lo haría en adelante.